domingo, 2 de junio de 2013

REPRESENTACIONES SUBJETIVAS DEL APEGO


Para poder entender la estabilidad o inestabilidad de los vínculos de apego en adolescentes y adultos, es necesario analizar el concepto Working Model modelo de trabajo, que es el mecanismo mediante el cual las experiencias de apego en la infancia, en tanto, representaciones internalizadas de ellas, afectan a la persona durante toda su vida. Cada modelo referido a una relación particular incluye siempre no sólo conceptos o representaciones acerca del sí mismo SELF y del otro, sino también expectativas acerca de la relación.

Los individuos capaces de desarrollar modelos activadores internos de su hábitat o entornos, aumentan de manera considerable sus probabilidades de sobrevivencia. La capacidad de construir y usar tales modelos para valorar las diversas consecuencias posibles de acciones alternativas que podemos realizar, permite que nuestros comportamientos seas más flexibles y adaptativos (21)

Las relaciones reiteradas que los infantes tienen con figuras adultas cuidadoras y protectoras constituyen la base de representaciones sobre tales relaciones, representaciones que al ver evocadas operan frente a nuevas situaciones de apego. Los modelos activadores internalizados se resisten al cambio gracias a la acción del proceso de asimilación.


El niño necesita de atención y cuidados de un ser adulto que actúe como suministrador de los recursos que el niño necesita para su adecuado desarrollo físico, psicológico y emocional, facilitando la exploración del entorno y su supervivencia. El tipo de respuesta del cuidador a las señales de malestar del niño determinará la calidad de la relación de apego. Estas experiencias tempranas con el cuidador se internalizan como modelos de relación, proporcionan un prototipo de futuras relaciones y sientan la base sobre futuras experiencias, afrontamiento y emociones patogénicas.

Los vínculos de apego constituyen un fenómeno adaptativo, un sistema conductual organizado cuya función es mantener la proximidad del cuidador que actuaría como sistema de control homesostático, es decir, su función sería mantener la estabilidad del individuo en su entorno. Las conductas de apego logran este equilibrio mediante la búsqueda de proximidad y pertenencia, el establecimiento de una base segura que permita explorar y dominar el entorno y de un refugio seguro, al que se puede volver en caso de peligro o necesidad de consuelo.  Si el cuidador es una figura cercana a la que el niño puede volver un caso de riesgo, proporcionará experiencias de apego seguras; si por el contrario, la figura de apoyo no siempre está disponible y no siempre es receptiva a las necesidades del niño, éste experimentará inseguridad, miedo y ansiedad. Las expectativas de disponibilidad y accesibilidad se incorporan a los distintos modelos internos del funcionamiento del apego (22)

Los modelos de trabajo se construyen a lo largo del desarrollo individual como resultante de la interacción con otros familia – pares, y poseen cuatro componentes interrelacionados
©     Memorias de las experiencias de apego
©     Creencias
©     Actitudes
©     Expectativas

Estos modelos estructuran las respuestas cognitivas en la medida en que las personas prestan atención a aquellos aspectos de una relación que están vinculados con sus propios modelos. Los modelos influyen en las conductas o comportamientos en la medida en que activan planes estratégicos incorporados previamente y generan la necesidad de construir otros nuevos (23)

Los factores que determinan la estabilidad de los modelos:
  1. Los individuos tienden a relacionar los ambientes en los cuales las creencias acerca de sí mismo y de los demás son comportidos
  2. Los propios sujetos mantienen los modelos que han construido
  3. Las personas procesan la información de modo al que sea posible sostener la existencia de sus modelos  internos
La estabilidad de los modelos cambia o se pone en riesgo cuando circunstancias en el entorno son contrarias a los modelos ya existentes. El impacto de cada experiencia negativa, dependerá de su duración y del compromiso emocional que signifique para cada uno. Los Workings models pueden cambiar cuando un individuo logra o construye una interpretación nueva de sus experiencias pasadas, particularmente de aquellas relacionadas con el apego.

Ainsworth propone tres patrones organizadores de la conducta infantil en función de las respuestas de estrés que presentaban al encontrarse solos en una situación extraña.

APEGO SEGURO. Respondían con estrés a la ausencia de la madre pero expresaban calma y les aliviaba el regreso de la madre, recurrían o respuestas exploratorias

APEGO INSEGURO – RESISTENTE O ANSIOSO AMBIVALENTE, se mostraban ansiosos, gritaban y lloraban, cuando la madre volvía e intentaba calmarlos seguían enfadado
A
PEGO INSEGURO – EVITATIVO, parecía no molestarles la ausencia de la madre y se mostraban fríos cuando ella regresaba, no buscaban el abrazo ni el confort materno y evidenciaban una autoconfianza prematura, así como respuestas defensivas (24)

La continuidad del apego es debida principalmente a la presencia de modelos mentales de sí mismo y de los otros, componentes fundamentales de la personalidad. Las conductas se refuerzan por las consecuencias que provocan. El vínculo de apego supone una trayectoria vital y cierta estabilidad.

Aunque los estilos de apego se estructuran en la infancia y tiendan a persistir y a resistir al cambio, son modificables. La percepción de una pérdida necesita de una reestructuración cognitiva, lo que reorganiza los modelos relacionales anteriores. De esta forma, cuando los modelos mentales no encajan con los intercambios sociales se hace necesaria su modificación, el sujeto necesitará acomodar sus modelos a la realidad que vive. Los modelos no son eliminados por completo, sino parcialmente modificados (25)

Bowlby propone cuatro fases en el desarrollo del sistema de los comportamientos de apego. Los tres primeros surgen durante el primer año de vida y la cuarta, cuando el niño tiene cerca de tres años:

  1. Existen orientaciones y señales, sin discriminación de figuras, el bebé se comporta de manera similar frente a distintas personas, es el cuidador quien mantiene la proximidad y protege el bebé
  2. Las orientaciones y señales se dirigen a una o más figuras ya discriminadas. Ya puede diferenciar entre cuidadores más familiares y otros, dirigiendo su comportamiento de apego hacia los primeros es mucho más activo (26)
  3. Mantenimiento de la proximidad hacia una figura ya discriminada por medio de señales y locomociones. El apego hacia el cuidador ya se caracteriza por una serie de cambios cognitivos y comunicativos. Se elabora una imagen mental de la figura cuidadora independiente de la percepción objeto permanente. La mayoría de los infantes parecen tener una red de figuras de apego aunque orienten sus comportamientos hacia una en particular.
A los cuatro años los niños no sienten malestar frente a separaciones breves de la figura apego, si éstas han negociado y acordado un plan de reunión previa a la partida. El niño de 3 años no es capaz de la negociación e intenta impedir la partida

  1. Durante la etapa preescolar las diversas personas que brindan compañía tienen importancia en la organización del comportamiento de apego. En la medida en la que el chico y la figura cuidadora compartan planes y afectos, importa menos la presencia física y cobra importancia el conocimiento de las vías de acceso al cuidador, en caso de necesitarlo. El sistema de apego ha incorporado la comprensión de la permanencia y continuidad de relación con la figura cuidador y que ya es el niño el responsable de mantener la proximidad que sea necesaria en función del contexto (28)

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