domingo, 24 de febrero de 2013

LA ENTREVISTA PSICOLÓGICA II

En una entrevista con niños y adolescentes la presencia de ambos es imprescindible, en la historia del hijo el padre a menudo desempeña un papel tan importante como el de la madre, aun cuando sea una figura prácticamente ausente de la vida familiar. El hijo ha introyectado algún tipo de imagen paterna que seguramente tendrá que ver con su sintomatología subyacente: de ahí la necesidad de su presencia.

Operamos con el concepto de que el hijo es el producto de una pareja y que ambos deben acudir a las entrevistas, a menos que se trate de alguna situación inusual. Cuando se cita sólo a la madre pareciera que la destacamos del resto del grupo familiar; le hacemos únicamente responsable de cómo es su hijo. No asegurarnos la presencia del padre equivale a pensar que él nada tiene que ver con ello. Si recomendamos la iniciación de una terapia, ambos deben recibir esa información, encarar esa responsabilidad y adoptar una resolución (28)

Entrevistar sólo a la madre facilita la admisión de toda la culpa por la enfermedad del hijo; la presencia de ambos permite compartirla y por lo tanto disminuirla. Lo mismo pasó con la devolución de información que procura ciertos beneficios psicológicos, ya que en muchos casos ocurre que a raíz de una consulta por los hijos los padres acaban reconociendo la propia necesidad de un tratamiento y se lo procuran. Para él psicólogo la presencia del padre y la madre le resulta útil e indispensable. Le implica la observación in situ de cómo son, qué roles desempeñan cada uno de ellos respecto del otro, qué aporta cada uno, qué aspectos del hijo muestran respectivamente, cómo vivencian el psicodiagnóstico y la posibilidad de una psicoterapia.

CARICIAS, UNA ACCIÓN MÁS DE COMPARTIR LA INTIMIDAD

No es casual escuchar a mujeres, “mi esposo solo quiere tener relaciones sexuales, si lo beso o acaricia él ya no más quiere ir a la cama”… “cuando comenzamos a tener relaciones con mi pareja fue porque yo lo bese y lo acariciaba y me dijo que ya lo había calentado y que teníamos que seguir” por su lado los hombres dicen “cuando una chica también se emociona y uno no quiere seguir hablan mal de ti o comenta que no eres muy hombre”, “si me besa o me acaricia es que quiere”… Con estos comentarios se puede pensar que hombres y mujeres no concebimos o entendemos a las caricias como principio y final de un encuentro sexual sino las vemos como un preámbulo para el acto coital. Terrible error en pareja. Para muchas personas la actividad sexual no coital es un mero preparativo o preliminar para el coito, por lo que le dan menor o ninguna importancia a estas, lo cual es un error, ya que los encuentros sexuales de la pareja pueden ya tener un único camino dirigido al coito, dejando de lado los cientos de camino que tiene la sexualidad humana para generar placer en las personas: la actividad sexual es y puede ser muy variada, pudiendo conseguir placer y una gratificante vida sexual con actividades coitales como no coitales. Tocar y ser tocado suele ser determinante en la actividad sexual, siendo así mismo importante la forma de realizarlo (suave, brusco, rápido, pausado), o la parte del cuerpo utilizada para acariciar y qué se acaricia. Acariciar no se limita a tocar con las manos. Un beso, un abrazo, masajear o pellizcar con las manos, tocar y lamer con la lengua, los labios, la cara o rozar con otras partes del cuerpo son otros tipos de caricias frecuentes. Aunque hay zonas especialmente sensibles a las caricias, todo el cuerpo, en realidad, es un órgano sensorial y puede y debe ser acariciado. Se aconseja comenzar con una estimulación general de éste en forma de masaje o de caricias pausadas e intermitentes, lo que facilita, además de la comunicación y toma de conciencia del propio cuerpo y el de la pareja, iniciar la excitación y la puesta a punto para estimulaciones más intensas. Las caricias que resulten más adecuadas dependen básicamente de cada pareja. Por eso es determinante una adecuada comunicación, de forma que se expliciten los aspectos que resultan más atractivos de este tipo de actividades táctiles. Recordemos que el primer sexo oral en pareja es la comunicación. Acariciar nuestra piel es el comienzo a gozar lo rico que es acariciarse, el sentir a la otra persona en tu piel y darse afecto, el reconocer que la otra persona es igual que tu pero que al sentir su piel junto a la tuyo reconocer que son diferentes, por lo que cada uno y cada una tiene sus propias formas y deseos de ser tocada o tocado, por lo que aprender sobre el otro y sobre la otra es parte de mostrar el amor que tenemos hacia nuestra pareja y que estas caricias no son un simple toqueteo como preámbulo al coito. Cuando te acaricias con tu pareja, no necesariamente vas a acabar en un coito, ya que como pareja no solo van teniendo coitos, sino también comparen paseos, charlas, quererse con las miradas y por supuesto con caricias, tocarse, quererse con las manos y la piel. Muchas veces las relaciones sexuales se quedan en las caricias y el disfrute ha sido también pleno. El deseo, las ganas de tocarse con tu pareja son sentimientos preciosos, ricos, excitantes, limpios por lo que hay que disfrutarlos. Así como es importante que sepas donde quieres llegar, es igual importante saber hasta dónde la otra persona quiere llegar, es necesario que pienses que si tu pareja acepta tus besos o te besa y se acarician mutuamente es que ya quiere acostarse contigo. No se puede nunca presuponer que lo que tu deseas, tu pareja también lo desea, por eso siempre tienes que preguntar, escuchar y respetar lo que responda

EL PRIMER SEXO ORAL EN PAREJA

Qué pensamos, qué aprendimos sobre la sexualidad en nuestra familia de origen será nuestra forma de concebir la sexualidad en pareja, de ahí la importancia de que la pareja tenga clara sus posturas en este tema para evitar conflictos posteriores. La sexualidad no es solo practicarla (es decir coitalmente) sino hablarla por eso el primer sexo oral que las personas debemos realizar con nuestras parejas es la conversación, conversar sobre nuestras preocupaciones, temores deseos y expectativas de las relaciones sexuales, ya que la sexualidad reflejará nuestro carácter humano, no sólo nuestra naturaleza genital. Sin embargo no se puede negar que en el siglo XXI aún existen pensamientos como: “la menstruación es una enfermedad; la ruptura del himen debe ser necesariamente dolorosa; las “buenas mujeres” no apetecen mucho de la sexualidad coital; el tamaño del pene está en relación a la potencia sexual; el hombre puede saber si el himen está intacto o ya no estaba al momento de la penetración; solo los hombres tienen orgasmo y las “buenas mujeres” no. Son muchos de estos prejuicios y resabios de siglos pasados que aún nos persiguen y se convierten en un peso al momento de comenzar a convivir con una pareja, por lo que ponerlos al descubierto y hablar sobre ellos se convierte en una necesidad imperante para fortalecer y mantener la vida en pareja. La sexualidad es algo más que los aspectos biológicos, o el sexo coital que sucede en determinados momentos específicos, es una parte importante de nuestra vida, nos da momentos muy dulces o muy amargos, sin embargo, no estamos indefensos ante los caprichos del destino, podemos regular y controlar nuestra sexualidad de forma que cada vez sea más agradable y nos permita realizarnos mejor como personas y de esta manera aumenten nuestra calidad de vida y para esto es necesario tener una información adecuada y comprender el significado de la sexualidad para nuestra vida. Un aspecto importante a considerar en esta construcción de nuestra sexualidad en pareja es la famosa “complementariedad” donde es frecuente oír que las personas opuestas se atraen, es decir si yo soy muy extrovertido debo buscarme una pareja introvertida, si soy muy fiestero una menos y así: incluso algunas teorías señalan que se tiende a buscar parejas en un intento de compensar las propias carencias, si yo no tuve mucho cariño, ahora solo buscaré una persona que me haga sentir amado y no me deje. En este sentido buscan cualidades en otros que les permitan gratificar sus necesidades, que le permitan sentirse importante y amada/o por otra persona. Lo cual ocasiona lamentablemente problemas en la pareja. Tanto la similitud como la complementariedad deben tenerse en cuenta al momento de la elección de pareja, pero no en los mismos momentos. En los momentos iníciales de la relación, el consenso sobre determinados valores o actitudes (similitud) es muy importante para determinar si la pareja continuará viéndose o establecerá una relación más intensa, ya que si desde que iniciamos la relación estamos en contraposición, no se llegará a nada serio o estable más adelante ya que la base de esa relación sería el conflicto. La complementariedad sólo se hará después en la relación cuando esta se estabilice, se refuerce y asegure, lo que dará sostenibilidad y estabilidad (lo cual no impedirá que existirán problemas, pero serán resueltas de manera asertiva) A la hora de desarrollar la relación de pareja es sin duda la comunicación la base, sobre todo de sentimientos, afectos, deseos y necesidades, y por supuesto sobre la sexualidad propia y de la pareja la que nos permitirá afianzar, sostener y mantener una relación de pareja basada y centrada en la afectividad, sin dejar el compromiso, la intimidad, convivencia, la atracción, el respeto y el sentido del humor en pareja. De ahí que el primer sexo oral en pareja y el más importante para el futuro de la misma es la conversación.

¿PUEDO HACERLO DURANTE EL EMBARAZO?

La noticia del embarazo transforma la vida no solo de la mujer sino también del varón y del comportamiento sexual que tenían hasta ese momento, provocando según cada pareja situaciones muy diferentes entre sí: que van desde la abstinencia al mayor deseo sexual. Las parejas pueden cambiar la calidad de sus relaciones sexuales hacia el fortalecimiento de las caricias y las relaciones sexuales tiernas. Y hasta evitar tener relaciones sexuales por temor a ocasionarle daño al bebé y no por falta de deseo. El poder tener o no relaciones sexuales durante el embarazo es una pregunta frecuente tanto en el consultorio, como en charlas con amigos y amigas al momento de enterarse sobre la gestación. Debido a los constructos e imaginarios colectivos, inmediatamente para hombres y mujeres, toda la información que hayan recibido de manera directa o indirecta saldrá a flote. Esto porque la familia como matriz y crisol donde las personas aprendemos las reglas que la organizan y estructuran la forma en que pensamos o percibimos los eventos de la sexualidad, por lo tanto condicionaran nuestros sentimientos o actitudes con respecto a ellos y en este caso respecto al embarazo y las relaciones sexuales durante esta etapa de la vida. El embarazo es una etapa de la vida en la que se producen transformaciones físicas y psicológicas importantes cuya finalidad es procurar las condiciones óptimas para el desarrollo y nacimiento de un nuevo ser. Pero durante la gestación, y en la pareja humana, este fin no es incompatible con otras funciones de la sexualidad, como son los de ser fuente de placer y medio para reforzar la unión y la comunicación en la pareja. A menos que el médico les indique lo contrario, tener relaciones sexuales durante el embarazo está bien en la mayoría de las parejas. El feto, no tiene idea de lo que ustedes están haciendo porque está bien protegido por el líquido amniótico y la placenta, por el abdomen de la madre, así que no se lo puede lastimar. Siempre y cuando las relaciones sexuales que tengan, no sean hiper acrobáticos y/o violentas. Tras mantener relaciones existe una sensación gratificante, que es percibida por el feto y lo que crea en él una mayor confianza. Sumado a que los futuros padre/madre no deben olvidar que además de vivir el proceso de gestación y que ambos desempeñaran nuevos roles con el nacimiento del bebé, aún siguen siendo dos seres sexuales que se desean y siguen siendo amantes. También habrá mujeres que no estén muy interesadas en las relaciones sexuales durante el embarazo, por el agotamiento; las hormonas descontroladas, los pechos doloridos, el cambio físico, pueden ser algunos de los factores que supriman el interés sexual, lo cual debe ser entendido y comprendido por la pareja. Debe ser franco consigo mismo y con su pareja y decirle cómo se siente. Si usted no comunica la frustración, puede que otros aspectos de su relación sean afectadas y no sólo sea esta etapa sino que se puede prolongar al todo y a lo largo de la relación. Si ambos reconocen como se siente al respecto de manera conjunta podrán encontrar una solución que les convenga a ambos, en la cual la relación no sea lastimada sino más bien fortalecida y se pueda mantener en el tiempo en la crianza de los/as hijos/as. En cuanto a la postura más aconsejable es la que no produzca presión abdominal en la mujer gestante. Es habitual que conforme el tamaño del abdomen aumenta, se haga necesario adoptar otras posturas que resulten más cómodas y gratificantes para ambos. Una posición aconsejable es la lateral, ya que permite controlar mejor la profundidad de la penetración. Otras posturas que se pueden intentar son ella sentada encima de él o hacer la penetración por detrás. Se debe hacer lo que resulte más cómodo. Y en ese sentido, la comunicación afectiva de las necesidades sexuales es fundamental: se pueden investigar y explotar otras formas de expresión sexual si el coito resulta molesto o incómodo.

ENVEJECIMIENTO Y SEXUALIDAD

En la cultura occidental la vejez se considera un hecho negativo. Muchas personas, incluso, consideran la palabra “viejo” como un tabú en la “sociedad civilizada” y ahora las personas de mayor edad son llamadas adultos/as mayores, porque todo el mundo quiere vivir por largo tiempo y expresan una actitud negativa hacia el envejecimiento Una de las áreas de la vida de la persona adulta mayor que se ve truncado, satanizado e invisibilizada es su comportamiento y conducta sexual, que está condicionada por prejuicios, rechazos y negaciones. Tanto así que se eliminan cualquier tipo de oportunidad de expresión sexual, dado que prevalece la asunción de que la persona adulta mayor no demuestra interés o capacidad sexual. Aunque es cierto que en general las personas mayores son menos activas sexualmente que los más jóvenes el interés sexual no desaparece, y no se considera también, que las relaciones sexuales no simbolizan el vigor y la esencia de la masculinidad y de la femineidad, sino que representan, un sentimiento de autovaloración, de sentirse querido/a, capaz de dar y recibir amor y afecto y de sentirse próximo a otra persona. La actividad sexual de la mujer mayor viene determinada no sólo por la disponibilidad de una pareja sexual, sino también por el interés de su pareja y la capacidad de ésta. Mujeres de los sesenta, que están casadas con hombres más jóvenes que ellas, tienen una mayor actividad coital que aquellas que están casadas con hombres más viejos. Es más, si a estas mujeres se les pregunta ¿por qué han dejado de tener actividad sexual?, la mayoría contesta que el responsable es el marido, y éstos parecen estar de acuerdo. El mito del anciano asexuado es tan destructivo como lo es la imagen del “viejo verde”: no es infrecuente encontrarnos con un anciano o anciana con un impulso sexual fuerte que, por carecer de alternativas de expresión sexual socialmente bien vistas, recurra a otras. Dado que la sexualidad no solamente se ve influida por la capacidad física, sino también por factores sociales y psicológicos, puede que muchos adultos/as mayores abandonen esta actividad y dimensión importante de su vida cuando dar vida ya no es necesario, o cuando hacerlo podría ser dañino. En la fase de plena actividad sexual, hasta el inicio del climaterio, masculino y femenino, se ha de pretender vivir la sexualidad de la forma más satisfactoria y completa; para ello es de especial importancia representar la sexualidad desde su perspectiva más amplia y rica, eliminando la rutina en las actividades sexuales y no reduciendo el comportamiento sexual al coito; en suma, enriqueciendo y diversificando las fuentes de estimulación. Las personas pueden expresar la sexualidad de muchas maneras diferentes del contacto genital, al tocarse, abrazarse, en el afecto y en la intimidad. Una relación sexual activa, no definida por las normas de desempeño de la juventud, puede ayudar a que cada pareja se asegure de que el amor y el afecto del otro mantengan la vitalidad La capacidad de vivir la sexualidad se mantiene por igual desde el nacimiento a la muerte, con distintas fases que naturalmente delimitan formas distintas, aunque igualmente ricas, de vivir esta parte fundamental de la persona. Las limitaciones debidas a la edad o a limitaciones físicas debidas a enfermedades o accidentes impiden determinados comportamientos sexuales, pero facilitan nuevos caminos en el disfrute de la sexualidad. No podemos pensar que el rendimiento de una persona adulta mayor sea igual a la de un joven, por lo que reconocer esto podrá promover nuevos ritmos, frecuencias y prácticas sexuales satisfactorias, plenas y llenas de amor y pasión. La aceptación y manejo de las limitaciones reales en la conducta y comportamiento sexual a lo largo de la vida ha de suponer la muestra más evidente de una adecuada educación sexual. Las personas adultas mayores necesitan aceptar su propia sexualidad sin tener vergüenza, y los más jóvenes deben abstenerse de ridiculizar o señalar a estas personas que muestran una sexualidad activa y recreativa.

domingo, 3 de febrero de 2013

LA ENTREVISTA PSICOLÓGICA (I)

ENTREVISTA INICIAL 

Se recomienda comenzar con una técnica directiva en el primer momento de la entrevista correspondiente a la presentación mutua y a la aclaración del encuadre por parte del psicólogo y luego operar con la técnica de entrevista libre, para que el paciente tenga la oportunidad de expresar libremente el motivo de su consulta. En el último momento de esta primera entrevista, se debe forzosamente adoptar una técnica directiva para poder rellenar las lagunas, dudas o vacíos que vayan quedando. Y para esto cada psicólogo debe aprender cuál es el momento oportuno en que debe permanecer en la actitud adoptada o cambiarla, para hablar o callar y escuchar Se caracteriza la entrevista inicial como semidirigida, que es cuando el paciente tiene libertada para exponer sus problemas comenzando por donde quiera, prefiera y lo que desee.

El entrevistador interviene con el fin de:
a) Señalar algunos vectores cuando el entrevistado no sabe cómo empezar o cómo continuar. Haciendo preguntas amplias, que no sean respondidas por un sí o no, sino que permita ampliar la información
b) Señalara situaciones de bloqueo o paralización por incremento de la angustia para asegurar el cumplimiento de los objetivos de la entrevista
c) Inquirir acerca de aspectos de la conducta del entrevistado a los que éste no se ha referido espontáneamente, acerca de lagunas en la información que el paciente ha suministrado y que se consideran de especial importancia, o acerca de contradicciones, ambigüedades y verbalizaciones oscuras.

La entrevista semidirigida permite conocer exhaustivamente al paciente y porque responde a la necesidad de extraer de la entrevista ciertos datos que nos permitan formular hipótesis, planificar la batería de test e interpretar posteriormente con mayor precisión los datos de los test y de la entrevista final. La correlación entre lo que el paciente (y sus padres en el caso de adolescentes) muestra en la primera entrevista, lo que aparece en los test y lo que surge en la entrevista devolutiva, brinda un importante material diagnóstico y pronóstico.
Los objetivos de la entrevista inicial son:
1. Percibir al paciente tal como se nos aparece en el primer contacto con nosotros, ver si esta primera impresión se mantiene a lo largo de toda la entrevista o cambia y en qué sentido. Se considera lenguaje corporal, vestimenta, gestos, manera peculiar de estar quieto o moverse, su semblante, etc.

2. Atender a lo que verbaliza: qué, cómo y cuándo verbaliza y con qué ritmo. Cotejar esto con la imagen que trasmite a través de su manera de hablar cuando solicita la consulta. Apreciar las características de su lenguaje: la claridad o confusión con que se expresa, la preferencia por términos equívocos, imprecisos o ambiguos, la utilización del tono de voz. Es importante tener en cuenta qué aspectos de su vida elige para comenzar a hablar, a cuáles se refiere preferentemente, cuáles provocan bloqueos, ansiedad, etc. Todo lo que indica un desvío respecto del clima reinante con anterioridad.

Lo que exprese como motivo manifiesto de consulta pueden mantenerse. Anularse, ampliarse o restringirse durante el resto de esta primera entrevista o del proceso constituye otro dato importante. El paciente incluye en su verbalización los tres tiempos de su vida: pasado, presente y futuro, esto es importante para apreciar la capacidad de insight del paciente respecto de unir su pasado con su presente y su porvenir. La persistencia en la evocación del pasado puede convertirse en una fuga defensiva que evita tomar insight con lo que está ocurriendo en el aquí y ahora consigo. O si la fuga de idea es hacia el futuro.

La actitud que resulta más productiva es centrarse en el presente y desde allí tratar de integrar el pasado y el futuro del paciente con lo que se aprecia la plasticidad con que cuenta para entrar y salir de cada secuencia temporal sin angustiarse demasiado. Esto de por sí es un elemento indicador de buena capacidad de integración y como tal buen pronóstico.

3. Establecer el grado de coherencia o discrepancia entre todo lo verbalizado y todo lo que captamos a través de su lenguaje no verbal (vestidos, gestos, etc.) lo que expresa no verbalmente es algo real pero mucho menos controlado que las verbalizaciones. Tal cotejo puede informarnos acerca de la coherencia o discrepancia entre lo presentado como motivo manifiesto de consulta y lo que percibíos como motivo subyacente.

4. Planificar la batería de test más adecuada en cuanto a: A) elementos a utilizar (cantidad, calidad de los test elegidos) b) secuencia (orden de administración) y c) ritmo (número de entrevistas que calculamos serán los necesarios para la administración de los test elegidos)

5. Establecer un buen rapport con el paciente como para reducir al mínimo la posibilidad de bloqueos o paralizaciones y crear un clima preparatorio favorable para la administración de test.

6. A lo largo de toda la entrevista es importante captar lo que el paciente nos transfiere y lo que esto suscita en nosotros, los aspectos transferenciales y contratransferenciales del vínculo. Es así mismo importante poder detectar qué tipo de vínculo trata de establecer el paciente con el psicólogo: si trata de reducirlo, confundirlo, evitarlo, mantenerse a distancia, depender excesivamente de él. Etc., porque esto indica de qué manera específica siente su contacto con él (peligroso, invasor, material, etc.) Contratransferencialmente surgen en el psicólogo ciertos sentimientos y fantasías de importancia vital para la comprensión del caso, que permiten determinar el tipo de vínculoobjetal que opera como modelo interno inconsciente en el paciente.

7. En la entrevista inicial (cuando es con niños, adolescentes) con los padres del paciente es importante detectar también cuál es el vínculo que une a la pareja, el vínculo entre ellos como pareja y el hijo, el de cada uno de ellos con el hijo, el de éste con cada uno de ellos y cómo pareja, el de la pareja con el psicólogo. Otro vínculo es el que tratan de inducirlo a establecer con el hijo ausente y todavía desconocido (lo que nos dicen de él)

8. Estimar la capacidad de los padres de elaboración de la situación diagnóstica actual y potencial. Se debe apreciar si ambos o uno, y cuál de ellos puede promover, colaborar o por lo menos aceptar las experiencias del hijo en caso de que comience una terapia. Es importante detectar la capacidad (27) de los padres para aceptarlas en la medida, calidad y momento en que se den, pues de ellos depende muchas veces la iniciación y, especialmente, la continuidad de un tratamiento.

NI BIEN EMPEZAMOS Y YA TERMINO

Desechemos la idea de que sólo la ciencia puede indicar el camino. Lo que importa son las maneras que encontremos para vivir juntos. No importa tanto lo que uno hace en lo sexual, sino el contexto en lo que lo hace. La sexualidad adopta muchas formas. Debemos aprender a vivir con todas ellas, con una condición fundamental: que lo que se haga no dañe a otros.

Desde la primera vez fue así… y ahora me entero que no es normal que podría aguantar más… siempre fui así… y me daba vergüenza buscar ayuda… algunas veces quise pegar a mi mujer cuando veía su cara de “eso fue todo”, pero sabía que yo era el responsable… qué puedo hacer intente con productos, recetas, sprays pero no siempre funcionan… Seguro que nadie quera estar conmigo porque termino rápido.

Estos son algunos de los comentarios escuchados en consultorio de hombres y algunas mujeres preocupadas porque su pareja tiene eyaculación precoz. Lo cual causa frustración, decepción, miedo o rechazo y un pensar en la pareja que él eyaculó y disfruto la relación totalmente, lo cual es falso, ya que esto va afectando la autoestima del hombre, porque considera que menoscaba su virilidad el terminar tan pronto y sentir que no satisface a su pareja.

La eyaculación precoz consiste en que el hombre eyacula (expulsa semen) con excesiva rapidez durante su relación sexual coital antes de lo deseado, incluso antes de la penetración, o bien por eyacular inmediatamente después de la penetración, con o sin realización de algunos movimientos. Lo cual hace que la pareja no disfrute la relación plenamente y se vea cortada y suspendida al pensar y considerar que cuando el hombre eyacula la relación sexual se termino. Recordemos que en toda relación sexual coital se pasa por fases: la primera la excitación donde se comienza a percibir y hacer insinuaciones que promuevan la relación sexual, segunda de meseta, de “calentamiento” y es donde falla el control de los eyaculadores precoces, que no la pueden extender, llegando a la tercera fase de orgasmo rápidamente y finalmente la resolución.

Es muy frecuente que la eyaculación precoz sea una conducta aprendida por el hombre al llevar a cabo interacciones sexuales (coitales o masturbatorias) en condiciones en las que se veía urgido a eyacular con rapidez (disponía de poco tiempo, estaba en un lugar en el que podía ser sorprendido, o se le exigía rapidez en contactos con trabajadoras sexuales comerciales) También es frecuente que la realización de actividades sexuales en situaciones de estrés o ansiedad hayan facilitado la aparición de la eyaculación precoz (no en vano el reflejo eyaculatorio depende de la activación Algunas de las pautas que se dan para trabajar esto es asistir a un especialista en pareja o individualmente y a partir de eso realizar diversos ejercicios como la contracción de los músculos pelvianos; ejercicios de respiración, concentrarse en las sensaciones y lo que se está haciendo en el momento.

Es falso el suponer que si piensas en otras cosas al momento de la relación sexual, se retardará la misma, por lo contrario durante el coito el hombre debe concentrarse en las sensaciones que están viviendo. Posición coital, donde la más favorable es en la que el hombre se encuentra debajo de su pareja. Otro elemento importante es la importancia de los juegos previos, ya que la presencia de estos otorgará mayor seguridad y confianza a la hora de concluir con el momento clave en el coito.

De la misma manera mantener una frecuencia sexual para lograr el control de la eyaculación, la misma que debe ser acompañada del uso de un condón (preservativo), ya que ayuda a la disminución de la hipersensibilidad del glande del pene, facilitando el control; la masturbación, solo y con la pareja controlando la eyaculación. Con todas estas técnicas y ejercicios, lo importante es disfrutar, desarrollar confianza consigo mismo y tomar el sexo con la naturaleza que es, sin restricciones, y que se puede disfrutar con la pareja

¿Cuántas veces es lo normal?

La búsqueda de una verdad única sobre la sexualidad y el cuerpo ha llevado, durante demasiado tiempo, a una negación de la diversidad humana y de las opciones, ha limitado la autonomía individual, y ha convertido los placeres del cuerpo en un secreto indecente y en una comparación permanente. Ya no lo hacemos como antes… Debe tener otra… por eso no quiere conmigo… Hace más de un mes que nada por más de que se lo propongo… Me dice me duele mi cabeza… y hasta eso no más tu quieres

La frecuencia en que las parejas tienen sus relaciones sexuales varían de acuerdo a la edad, la intensidad y el momento que se viven van a tener cierta frecuencia y regularidad, sin embargo existen muchas parejas que miden su grado de amor, compromiso en base a esta regularidad, es así que si varía está un poco su relación se ve afectada considerablemente. Centrando de esta manera en su actividad sexual coital su relación de pareja, dejando como en un segundo o tercer plano lo afectivo. Puesto que siguen esperando esas relaciones sexuales espontáneas, fogosas como las primeras veces, las cuales quizás pudieron ser validas en la adolescencia, la juventud temprana y/o el primer tiempo de convivencia en pareja.

Esta necesidad de saber cuánto es lo normal, tiene mucha relación con los comentarios (reales o un poco aumentados) de amigos y amigas que hablan de una cierta regularidad, que quizás no va con la que otra pareja tiene, por lo que no es adecuado ir comparándose con las demás personas. Si para una pareja es bueno una vez por semana y en ella se siente, feliz, plena, satisfecha y que incrementa el nivel de apego con su pareja, perfecto, no tiene que afectar en la persona en que otras personas lo puedan hacer más o menos veces. No se puede hablar de una frecuencia sexual coital normal, porque no existe dicha normalidad más que en el imaginario colectivo, no es real.

Lo real, evidente y objetivo son las diferentes necesidades en pareja que existen, cada pareja es un mundo y cada quién tiene su ritmo. Cualquier tipo de comparación genera, angustia, ansiedad en la persona, conspirando contra la felicidad, ya que se trata de adecuar a proyecciones que no tienen que ver con la particularidad de la pareja, por lo que se debe dejar las otras relaciones como referente. Los requerimientos, frecuencia y forma de las relaciones sexuales coitales son diferentes en hombres y en mujeres, lo cual es más por factores socio culturales que por biológicas o innatas. Por lo que es otro de los factores que puede ver alterada la frecuencia sexual de la pareja.

De la misma manera el estilo de vida de la pareja, si se genera más estrés, cansancio, los hijos, las responsabilidades de la casa, el factor económico y otros aspectos y situaciones pueden afectar en la frecuencia sexual de la pareja. Al momento en que se pueda genera algún problema o conflicto por la frecuencia sexual, es decir que una de las dos personas desea tener relaciones más o menos frecuentemente que la otra, la relación de pareja puede verse afectada, es por eso la importancia de trabajar la comunicación abierta y honesta en la pareja, a partir de la cual se pueden identificar los motivos por los que pudiera existir el cambio en el deseo, por lo cual igual en pareja se puedan generar las alternativas de satisfacción que cada una de las personas de la pareja tiene, valorando y profundizando la afectividad de la pareja y no solamente centrarse en el aspecto sexual como eje de la relación. De la importancia de disfrutar en pareja a través de relaciones sexuales coitales, llenas de cariño, compromiso, respeto, honestidad, dejando de lado cualquier elemento que pueda dañar la vida amorosa en pareja.

LA CAMA… MÁS ALLA DE LA PENETRACIÓN

…la búsqueda de una verdad única sobe la sexualidad y el cuerpo ha llevado, durante demasiado tiempo, a una negación de la diversidad humana y de las opciones, ha limitado la autonomía individual, y ha convertido los placeres del cuerpo en un secreto indecente. (Jeffrey Weeks)

Ya estoy cansada es muy monótono las cosas que hacemos con mi marido en la cama … Yo termino y la cosa termina ahí …creo que no se preocupa por darme placer él se satisface y listo … no me hace caricias, directo al grano y listo … Me ha dicho que soy muy directo que no le hago caricias

Estos son alguno de los comentarios que se escuchan en el consultorio de hombres y mujeres sobre lo que piensan de sus relaciones sexuales coitales… que son muy directas, no hay caricias, no hay como diríamos “calentamiento”, en la que parece que es una responsabilidad exclusiva de la mujer dar placer al hombre y no de este hacia ella. Como que la mujer debe “satisfacer” los deseos del hombre y cuando este “eyacula” la relación se termino, sin pensar en qué está sintiendo la mujer. El preámbulo es corto que se reduce a acariciar los senos, las nalgas la penetración y listo.

Lo que se trabaja con las parejas es poderles mover a reflexionar que una relación sexual es mucho más que la penetración y que el placer y/o satisfacción de las mujeres no necesariamente está relacionado con el “rendimiento” masculino durante la penetración, la pareja debe reconocer que en una relación sexual debe tener un poco del deseo y gusto de cada uno y una. Sumado este aprendizaje a entender que existen diversos momentos de la vivencia en pareja que no está indicado o ya no es posible una relación sexual coital, entonces si no se ha aprendido a disfrutar de otra manera el placer, la vida sexual de la pareja se convertirá en una continua frustración.

Las posibilidades de facilitar y recibir placer mediante el tacto van más allá de lo que habitualmente se supone, cuando acaricias a tu pareja no vas a terminar la relación necesariamente con una relación sexual coital, también está el compartir paseos, el charlar, quererse con las miradas, acariciarse, tocarse quererse con las manos, con los pies, con la piel, de ahí que muchas relaciones sexuales se quedan en caricias profundas y el disfrute es pleno para ambos. Ya no limitarse a ciertas áreas de estimulación concretas y con prisas por finalizar en el coito.

Se debe reconocer y recuperar el cuerpo como una zona erógena y no focalizarla con los genitales. Besos que abarquen todo el cuerpo, masturbación en pareja, reconocer lo que le gusta a la pareja, masajes que pueden convertirse en eróticos usando la imaginación. La piel es la envoltura de nuestro cuerpo, por la cual las sensaciones y percepciones del entorno entrarán al cuerpo y cerebro. Acariciar nuestra piel es el camino a gozar de lo rico que es acariciarse mutuamente, sentir a la otra persona en tu piel dándose afecto mutuamente. Un medio adecuado para llevar a cabo esa exploración es la práctica del masaje.

No se trata tanto de convertirse en un masajista profesional, sino de explorar y dejarse explorar con la finalidad de descubrir nuevas sensaciones. Los deseos, el tacto suave sobre la espalda, etc., pueden ser tan sensuales y excitantes como desconocidos para la pareja, que se puede mostrar reacio o molesto con estas prácticas por lo desconocido y lo que le produce, que son sensaciones y emociones no conocidas, por lo que se tiene que desafiar a probar estas experiencias para mejorar la relación sexual y fortalecer la relación de pareja. Utilizar el mayor número de sentidos en la actividad sexual enriquece esta experiencia

EL TAMAÑO DEL PENE...Y esto ¿Sólo me pasa a mí? Creo que me voy a volver loco

Todas las sociedades deben tomar medidas para la organización de la vida erótica, pero no todas la hacen con la preocupación obsesiva de occidente. (Jeffrey Weeks)

Cuanto más hábiles somos para hablar de la sexualidad, mayores son las dificultades que encontramos al tratar de comprenderla. Pese a los intentos sostenidos a lo largo de muchos años para “desmitificar” el sexo y a decenios de liberalismo y “tolerancia” proclamados o condenados, lo erótico todavía despierta una fuerte dosis de ansiedad moral y confusión.

¿Creo que estoy mal? A las mujeres les gusta más grande... Si no logro que crezca nunca voy a tener una pareja y si las tengo me van a dejar… Una vez pegue a una mujer porque me dijo que lo tenía pequeño… Cuando entro a baños públicos no entro al urinario sino a los baños por temor a que vean que la tengo chiquita…

Para muchos hombres - y no menos mujeres - el tamaño del pene es un elemento fundamental para la satisfacción sexual de su pareja, creer que se tiene un pene de menor tamaño al promedio (esto sea por observación directa, imaginarios colectivos o a través de ver vídeos pornográficos) puede resultar algo traumático para muchos hombres, tanto así que les puede desarrollar conflictos emocionales y problemas de relación con la pareja, al sentir que una expectativa no está siendo satisfecha como supuestamente debería ser.

Muchos consideran tener un pene poco efectivo para el placer con la pareja, esto a pesar de que las diversas investigaciones han insistido en repetidos estudios que el tamaño del pene no guarda relación con la satisfacción de la pareja durante la relación sexual. Y esto porque los puntos más sensibles de una mujer son la vagina y el clítoris, siendo la vagina capaz de presionar el pene y adaptarse al tamaño del pene que se encuentra en ella y el clítoris que es el punto más sensible se halla ubicado en la parte superior de la vulva. Por lo que su estimulación no depende de la profundidad de la penetración, sino de la estimulación que se la pueda hacer a este último y no necesaria y exclusivamente con el pene o con una penetración profunda.

En consulta los hombres reconocen que el tamaño del pene cobra relevancia e importancia social y culturalmente, lo cual influye en la vivencia de la sexualidad de los hombres, por lo que muchos sienten que no satisfacen a sus parejas sexualmente, en algunos casos esquivan prácticas sexuales o las minimizan en otros generan violencia con su pareja, ya que les dicen que han conocido más hombres, que ella tiene más experiencia y por eso no siente ni se satisface con el pene de su esposo.

Es así que las relaciones de pareja se pueden ver afectadas en su relación por este mito, fantasía y/o tabú. Cuando los hombres no somos capaces de hablar de los tamaños del pene y no para compararlos, ni saber quién la tiene mejor, sino para aprender a vivir satisfactoriamente con ellos, les puede ocasionar muchos conflictos generándoles ansiedad, duda y sobre todo generando conflictos con la pareja, la cual reconoce la preocupación del hombre y por más de que trate de hacerlo sentir mejor y le quite la importancia o relevancia, el hombre lo verá como una actitud de complacencia de resignación y consuelo y no como una expresión de cariño y amor.

Es importante recordar la forma como tú experimentes y simbolices tu pene, experimentes tus erecciones y vivas tus eyaculaciones es una responsabilidad individual, no depende del tamaño, sino de tu capacidad de explorar una sexualidad responsable, placentera, no con un fin último el de la penetración, sino de hacer el amor con la persona que amas y con la cual compartes algo que no lo harías con nadie más.