domingo, 30 de junio de 2013

AFRODISIACO PARA EL AMOR

El deseo sexual tiene su motor principal en la fantasía, cuanto más fantaseemos, más pensamientos eróticos tengamos, mayor será nuestra libido. La fantasía no es sólo imaginar relaciones que nunca se han tenido, sino también rememorar un encuentro íntimo con la pareja o prepararla en la imaginación, convirtiéndose de esta manera en uno de los mayores afrodisiacos para el momento del amor y sobre todo para que nuestra relación se sostenga y fortalezca en el tiempo. Es por esto que la práctica del sexo es en cierto sentido una experiencia a la que los seres humanos le hemos incorporado aspectos que la enriquecen, especialmente el que permite la conexión con la comunicación y el placer, no ligado inevitablemente a la procreación o reproducción


Tener una vida sexual placentera no depende de la suerte, de la belleza o del sex appeal, sino de habilidades que podamos ir desarrollando y aprendiendo en nuestro desarrollo como personas. De ahí la importancia de adquirir conocimientos precisos para adentrarnos en las relaciones de pareja, poseyendo información científica precisa sobre la sexualidad, y de esta manera contar con el mejor afrodisiaco para el amor, el conocer y descubrir nuestro propio cuerpo, nuestra propia sexualidad, reconocer e investigar qué nos atrae y excita, qué preferimos y qué momentos de nuestra conducta erótica nos presenta dificultades, como por ejemplo el que a veces carencias emocionales, falta de autoestima mantengamos relaciones sexuales, para calmar ese sentimiento y tratar de sentirnos “bien” o más estables.

Las demostraciones de amor son una necesidad básica y permanente para todas las personas, ya que nos permite reafirmar el sentimiento del/a otro/a hacia uno/a mismo/a y hacia el/a otro/a. Nuestra pareja no adivina nuestros pensamientos. Es más; no podemos saber instintivamente qué le agrada a nuestra pareja, convirtiéndose en un obstáculo en la relación sexual y de pareja ya que  por miedo, vergüenza o simplemente por resistencia no se conversan sobre estos temas sexuales. Por lo que no debemos de olvidar que la sexualidad en una pareja es necesaria.

Para desarrollar una buena habilidad y dominio de nuestra sexualidad y en la pareja es de vital importancia aprender a hablar con la pareja sobre la vida sexual y de comprender el erotismo de nuestra pareja, explorar sus deseos, sus necesidades, sin prejuicios ni falsos mitos y sobre todo reconoce que en el tema de estar sexualmente con otra persona, pues todos somos aprendices. Hay que permitirse ser creativo, animarse a hablar francamente con su pareja para saber lo que a ambos les gusta y lo que no, lo que el otro necesita y cómo lo necesita.

La búsqueda del placer, la mejora de éste, debe constituir un objetivo permanente de la actividad sexual. Para ello no basta con partir de unas relaciones sexuales satisfactorias, es decir; sin disfunciones o problemas importantes, sino que debe añadirse un interés por ir descubriendo y desarrollando nuevas y viejas formas de placer sexual. Es por eso que así como al amor y/o la estabilidad en la pareja, el deseo sexual hay que cuidarlo. Las relaciones sexuales no son una obligación, por lo que no hay que forzarse a tenerlas. Pero tampoco hay que esperar que el deseo te sorprenda, hay que buscarlo, buscando cosas nuevas, y quitando los temores en el área erótica de nuestra vida, lo cual permita sentirse tranquilo y relajado/a dejando fuera reproches y enfados.


El darse tiempo y permiso para los juegos sexuales, para conocerse, para encontrarse, sin pudor dará los frutos requeridos y ambos podrán lograr placer mutuamente, no hay que estar pendiente de la otra persona, hay que saber y aprender a dar y recibir, porque al estar pendiente del otro, se puede perder el propio placer y la pareja se da cuenta de ello. Revivir el deseo y el amor es tarea de ambos. Hay que disfrutarse…

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