domingo, 31 de marzo de 2013

ALGO SOBRE EL TAN DESEADO ORGASMO



La sexualidad es un verdadero deleite por lo que todas las personas quieren disfrutarla y llegar al tan preciado orgasmo. Antes se pensaba que este deleite (el orgasmo) era exclusivamente de los hombres y las mujeres solo un instrumento (objeto masturbatorio) ya que no se preocupaba de sus afectos, sentimientos y emociones. Es a partir de la década de los 60 que la mujer comienza a pedirle a la sexualidad todo, sobre todo la gratificación, y es a partir de esto que hombres y mujeres están interesados en vivir el orgasmo.

Se puede describir el orgasmo como un estremecimiento intenso y culminante que sigue a una acumulación de excitación y concentrada en la zona genital y que precede a un estado de total relajamiento y satisfacción, pero mucho más importante que los cambios fisiológicos que se producen, son las sensaciones subjetivas que experimenta la persona durante estos breves momentos. La sensación de placer que se percibe y en general, la calidad de la experiencia sexual depende de la interpretación que la persona haga de sus propias respuestas fisiológicas.

Preocupa a las personas, en especial a los hombres, el poder identificar cuándo su pareja llega al orgasmo o si realmente lo consigue o no, afortunadamente no hay forma de saberlo. En líneas generales, las conductas que llevan a cabo tanto hombres como mujeres cuando experimentan un orgasmo son tan variadas (jadeos, gritos, movimientos en silencio, total pasividad y otros), que no es fácil, al menos con parejas no habituales, el reconocer inequívocamente la presencia del orgasmo. Si tienes alguna duda, lo mejor es que se lo preguntes a tú pareja de forma directa. La falta de comunicación que puede haber en una pareja, hasta el punto que se simule el orgasmo para engañar al otro, o que se preocupe por si alguno lo hace, es el problema realmente importante.

El objetivo de una sexualidad adecuada no es conseguir una meta o un récord de orgasmos, sino el objetivo debe ser disfrutar de la relación en sí; el orgasmo puede ser un elemento incluido, pero no es en absoluto el único ni debe ser buscado en exclusiva. La preocupación debería ser qué debo hacer para que ambos consigamos placer, intimidad, para disfrutar de la relación sexual.

Conseguir un orgasmo en pareja depende de muchos factores como son el tiempo que estás con tu pareja, el conocimiento de tu cuerpo y el de tu pareja, la percepción de ambos frente a la sexualidad. Y entender que para lograr un orgasmo, lo primero es no esforzarse y no pensar en que es una meta única de la relación sexual. No pensarlo o vivirlo como una obligación, dejar a tu mente y a tu pareja explorar, ya que las preocupaciones y expectativas exageradas bloquean la actividad y la mente y no lograran nada más que ansiedad en vez de placer.

Muchas mujeres necesitan más tiempo para llegar al orgasmo, los hombres se excitan mucho más rápido y centran la sexualidad en  relaciones sexuales eyaculatorias, en la que todo el acto termina con la eyaculación del hombre y listo, queriendo y muchas veces forzar a la pareja a que terminen juntos o antes, nunca después o no lograrlo, ya que desde el imaginario del hombre lograr esto valida la virilidad.

Para alcanzar el orgasmo, lo más básico es no esforzarse y no pensar en que es una meta que se debe conseguir. No hay que vivirlo como una obligación; deja que tu mente se concentre en las sensaciones de cada momento. Tampoco es dar por sentado que se padece anorgasmia (falta de orgasmo)  sin haber acudido a la consulta con un especialista. No tengas prisa por llegar a la meta. Es conveniente aprender juntos y tratar de conocer el cuerpo de tú pareja. Enséñale a conocer el tuyo. Trata de ver cómo funciona. Lee sobre tu fisiología sexual. Explícale a tu pareja cómo te gusta que te acaricie. No eres un interruptor de la luz, ni un timbre. A pesar de la búsqueda y preocupación tan importante por el orgasmo en nuestra sociedad, la satisfacción sexual puede conseguirse sin orgasmo, y el ponerse como objetivo llegar a él puede implicar una seria barrea para conseguir disfrutar de la relación y también para conseguir llegar al orgasmo.

    



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