lunes, 30 de abril de 2012

LIDERAZGO ¿SE NACE O SE NACE?

¿EL LÍDER NACE O SE NACE? (No encontre la bibliografía porque es un material que prepare hace muchos años y no pude copiar los datos, pero es un buen material se los aseguro)

  “Las oportunidades hacen que surjan los líderes” 
“El liderazgo se amolda a cualquier persona. No existe un molde rígido. No existe un líder tipo, ni el liderazgo es un producto acabado” 
 “Todos los liderazgos son temporales y su permanencia está limitada por la dependencia del grupo al líder” 




Se habla de un liderazgo accesible a muchas personas, no reservado a una élite o a una minoría.

Es un liderazgo que se asume, que resulta o que aparece en la vida de las personas; en la empresa, familia, escuela, universidad, iglesia, gobierno, en la política. Puede tratarse incluso de un liderazgo situacional, ligado a unas circunstancias determinadas y a un tipo de relaciones Existen líderes que no sólo no nacen, sino que necesariamente se hacen, como fruto de un proceso deliberado de construcción de liderazgo, sino que surgen y crecen en ciertos ambientes. Existen otros que se lo proponen explícitamente y se hacen líderes en virtud de las responsabilidades que asumen y de la influencia que llegan a ejercer sobre los demás.

El líder es aquella persona que asume la responsabilidad de dirigir a otros libremente al logro de sus fines individuales o colectivos, lo alcanzan quienes se proponen metas de excelencia y de servicio a la comunidad y quienes se preparan intensamente para traducir ese espíritu de liderazgo en compromiso eficaz de servicio solidario El liderazgo siempre está vigente en una sociedad porque se necesitan hombres y mujeres capaces de cambiarla, de llevarla por nuevos rumbos, de ser semilla de transformación y guías de renovación.

Un líder se hace pensando en un futuro distinto al tiempo actual, mejor al presente. Es cierto que pueden darse características en las personas que inclinan a pensar que han nacido para líderes, pero necesitan desarrollarse de cara a la misión y de cara al campo social en el que van a ejercer su liderazgo. Son los líderes aquellas personalidades creadoras que dan siempre respuestas exitosas a los desafíos del medio y que en razón de su integridad y de su compromiso con el grupo son libremente seguidos por la mayoría. No resulta exagerado hablar de la construcción del liderazgo en las personas como un proceso que basado en algunas oportunidades, permite el desarrollo de capacidades, habilidades y hábitos que permiten actitudes y virtudes estables y que configuran lo que se puede denominar liderazgo: la capacidad de asumir la responsabilidad de conducir a otros al logro de sus objetivos personales y sociales

El liderazgo no es popularidad, rango o privilegio, es ante todo responsabilidad y la capacidad de dar respuestas adecuadas a las necesidades del medio. El liderazgo no es una construcción hecha de simples habilidades para comunicarse o para persuadir. Es ante todo, desarrollo de hábitos estables, de valores y virtudes, entusiasmo por la tarea y una confianza en los demás que genera credibilidad, optimismo e iniciativa 

ALGUNAS CONDICIONES BÁSICAS DEL LIDERAZGO 

Es un hecho notable que los grupos, aún siendo similares y contando con material humano semejante, se comportan de manera diferente. En algunos casos se aprecia que en el grupo hay compañerismo, el trabajo es efectivo y se disfruta el quehacer comunitario. En otras ocasiones se observan rencillas, ineficiencia y desgaño. ¿Qué hace la diferencia? ¿Cuál es la variable que modifica y regula la acción colectiva? Esta variable es la influencia del líder, el cual norma consciente o inconscientemente el comportamiento de los demás.

1. Tener brújula: Es necesario que el guía conozca el derrotero a seguir. No hay peor líder que aquel que es errático, que cambia las ordenes constantemente, que no es consistente en sus acciones, o que se deja influir por las opiniones de los demás, que se altera por el temor o por sus propias pasiones.

2. Fomentar la lealtad: Esta virtud compartida se genera con el compromiso del jefe a cada uno de los subordinados (a pesar de las diferencias de partido, sexo, religión, raza y cultura). Compromiso que debe ser similar de los subordinados con su jefe. Este compromiso de apoyo y protección genera el espíritu de grupo. Espíritu que se ve reforzado por la existencia de una causa común.

3. Reglas claras: El líder desde el primer instante, debe fijar los límites de acción de sus subordinados, especificar claramente que espera de cada quién y cuáles son las acciones delictivas y sus penas. Deben saber que son amos de su propio destino y que la relación causa- efecto es similar para todo el mundo. Es importante mencionar que el líder no es el dueño de la corporación, sino solo una parte de ella y que debe ser el primero en sujetarse a las reglas del juego.

4. Delegar responsabilidades: Es común ver como algunos funcionarios se atiborran de trabajo, no tienen tiempo para sus actividades personales mientras que otros parecen que tienen días de 48 horas y además de cumplir sus compromisos de trabajo, les sobra el tiempo para actividades extracurriculares. Esto se debe a que hay quienes saben delegar y quiénes no. El delegar funciones a los subalternos, es requisito para el éxito de cualquier misión.

5. Saber distinguir al enemigo: A veces el enemigo no está afuera de la organización, y poderlo distinguir, por lo que el líder debe estar preparado para recibir agravios de miembros de la organización, especialmente después de terminar su mandato. Eso es inevitable, pues es muy difícil diferenciar desde arriba al adulador, del buen colaborador. Además, los envidiosos son generalmente cobardes, quienes esperan mostrar su mezquindad cuando ya no hay peligro.

6. Saber consultar: Nunca pidas consejo a los ignorantes. "cien idiotas no encuentran la verdad más rápido que un puñado de gente preparada". Esto no quiere decir que el líder se aleje de consultar, solo que debe hacerlo solo cuando no conoce la solución y a las personas indicadas.

7. Sentido de la proporción: El sentido de la proporción es vital para que el líder pueda ganar las guerras aunque pierda las batallas, permitiéndole ser selectivo en sus objetivos. El jefe debe tener una escala de estímulo-respuesta, racional. En este ámbito de acción, están las rencillas y rencores personales, los cuales generalmente provienen de pequeñas disputas o conflictos menores que deben pasarse por alto El líder no debe guardar rencor para nadie. Rumiar los resentimientos sólo nos hace perder el tiempo, desgastarnos y confundirnos. Por otra parte, generalmente llega el momento en que debemos hacer causa común con nuestros enemigos, y muchas veces éstos se convierten en fieles aliados. Dentro de este sentido de la proporción, se incluye el justo concepto de uno mismo. Es común ver perder la cabeza a algunos jefes, lo cual nulifica su capacidad de liderazgo.

8. Autoridad Moral: Se da por la consistencia entre sus palabras y sus acciones. Esta consistencia es vital, hace confiable al líder y le permite en casos extremos apartarse del código de valores de la mayoría. Los líderes pueden permitirse debilidades humanas, pero nunca errores de dogma (diferencias con la filosofía de la causa) Para mantener la influencia moral, se debe sostener el código de ética, que se basa en la propia escala de valores. Se debe dejar clara la postura ética, definir la escala de valores y especificar en qué cosas no se va a transigir.

9. Confianza y Seguridad en uno mismo: Nos permite sentir la seguridad en nuestras acciones, sin tener que buscar el consenso y la aprobación de los demás. Se requiere de la fuerza de voluntad y de carácter decidido, condiciones que solo nacen de la autoestima y del conocimiento de la fuerza del espíritu. Tener la fuerza moral de decir no al establecimiento, de romper las ataduras de la costumbre y la tradición y aceptar nuestras propias decisiones, sin doblegarnos ante las gratuitas opiniones y los augurios de quienes nos rodean.
10. Visión: El futuro no está en ninguna parte: hay que construirlo desde el presente actuando proactivamente. La visión es una imagen del futuro, esperanzada y realizable, que se convierte en fuerza de atracción para que la misión de una persona, grupo o sociedad apunte a ella. El líder tiene que estar en la capacidad de ver más allá de lo corriente, de trascender con su conocimiento y su pensamiento para poder impulsar la organización hacia el sueño colectivo y para hacer que se cumpla

11. Preparación profesional especializada: Es un imperativo en la actualidad, no se trata exclusivamente de formación académica universitaria (la cual no se la debe dejar de lado) sino también de contar con un instrumento cualificado para realizar un trabajo productivo sin renunciar al trabajo formativo. El empuje del líder lo lleva a estudiar a fondo, a conocer mucho mejor su medio, a mirar el mundo, a empaparse bien de los grandes problemas, a innovar y buscar soluciones inéditas.

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