viernes, 13 de junio de 2008

RESPUESTA AL VIH Y AL SIDA

RESPUESTA A LA EPIDEMIA DEL VIH
Vs.
RESPUESTA A LA INFECCIÓN DEL VIH

Guery Zabala Gumucio[1]
Diciembre de 2006

Actualmente la respuesta al VIH[2] y al SIDA[3] en Bolivia se da fundamentalmente desde las PVVS[4], seguida posteriormente por las ONG´s[5], Organismos Internacionales, y el Estado Boliviano, bajo el rótulo de dar una respuesta integral a la epidemia del VIH y del SIDA, sin embargo, esto está muy alejado de la realidad, puesto que lo que se hace esta centrado en la infección más que en la epidemia.

RESPUESTA A LA INFECCION

Cuando nos referimos a la respuesta a la infección del VIH y del SIDA, esta centrada en puntos como:

- Condonización del país
- Medicamentos Antirretrovirales[6] (ARV´s)
- Pruebas laboratoriales (CD4[7], Carga Viral[8])
- Enfermedades oportunistas
- Redes de PVVS
- Contar con médicos especializados en VIH y en SIDA
- Aprobar una Ley donde se centra en la parte biomédica

Estos puntos se convierten en elementos importantes para cuidar y preservar la vida de cada una de las personas que han adquirido el VIH, puesto que sin ellos no se protege su derecho a la vida. En la respuesta a la infección cada uno de estos puntos y otros, son urgentes. Sin embargo, como país, activistas y líderes no nos podemos quedar con esta visión, pues nos perdemos en lo micro de la respuesta al VIH, y debemos buscar lo macro. Puesto que de otra manera, no realizamos trabajos de prevención de VIH, sino más al contrario prevención de SIDA, es decir, para personas que ya han adquirido el VIH. En este sentido considero importante el ir desarrollando brevemente cada uno de estos puntos.

El realizar la distribución, promoción del uso del condón, permite que de alguna manera las personas tomen ciertos hábitos de protección y de prevención de adquirir el VIH, y en el caso de las PVVS, se convierte en una barrera para adquirir otra Infección de Transmisión Sexual (ITS) lo cual puede empeorar su salud. Pero en la simple distribución no se toman los usos y costumbres de las diversas poblaciones, concepciones sociales y culturales al respecto y sobre todo no se motiva a los cambios de actitud y comportamiento que es lo que se debe promover.

El que una PVVS cuente con medicamentos ARV´s, permite que no se siga replicando el VIH en su organismo y de esta manera se prolongue su vida y sobre todo se mejore su calidad de vida. De la misma manera el poder contar con pruebas laboratoriales que le permitan conocer sobre el estado de su salud, para tomar medidas alternativas en caso de existir descompensación o de mantener el estilo de vida que adquirió porque los resultados de los mismos son de mucha importancia, puesta la persona ha mejorado. Ya que su carga viral puede llegar a ser indetectable y su CD4 puede esta elevado subir más de 300 – 700 o más, lo cual clínicamente nos dice que esta persona se halla en un estado de salud adecuado para desarrollar sus habilidades, competencias de manera adecuada y productiva.

El contar con estos medicamentos y pruebas laboratoriales, no significa que se esté motivando a las PVVS, a cambios de comportamiento y actitud frente a la vida, pues el consumo de alcohol, la no adherencia y la baja autoestima, se ven entrelazadas, que impiden que se mejore la calidad de vida de las PVVS, y muchas de ellas esta irresponsabilidad, le quieren culpar al Estado bajo el pretexto que no existe atención integral, dejando en manos del Estado el cuidado de su salud, cuando debe partir de ellos mismo.

Las dos redes existentes y los grupos que existen de PVVS, si bien en algunos momentos o discursos sacan el tema de respuesta a la epidemia, lo hacen más focalizados en la infección y eso esta bien, porque es la vida la que esta en peligro, sin embargo, este aspecto no da el hecho del monopolio y centralismo de la respuesta al VIH y al SIDA en general, puesto que la participación de las PVVS en la respuesta a la infección es urgente, pero para la respuesta a la epidemia es importante.

La Ley de prevención del VIH y del SIDA y defensa de los derechos humanos de las PVVS, simplificada en Ley del SIDA, es otra respuesta a la infección.

RESPUESTA A LA EPIDEMIA

Cuando se quiere hablar de la respuesta a la epidemia del VIH, tenemos que pensar en macro y no en micro como cuando nos referimos a la respuesta de la infección del VIH.

En la respuesta a la epidemia consideramos aspectos como:

Poblaciones en riesgo (Ricos, pobres, transportistas, militares, jóvenes, políticas, funcionarios de NN.UU, diplomáticos, etc.)
Focaliza en el vector que permite la diseminación del VIH con rapidez
De comunidad a comunidad
De departamento a departamento
De región a región
De país a país
Y de un continente a otro
Mobilidad de las personas
Desbalance de género
Aspectos socio – culturales
Las actitudes negativas en torno al sexo y su discusión
La pobreza
Las creencias religiosas dogmáticas arraigadas
Mala consideración de la diferencia
Voluntad política para movilizar programas y políticas
Interacción entre diferentes sectores
Los medios masivos de comunicación

Trabajar en cada uno de estos puntos nos permite ver al VIH y al SIDA, más allá de las PVVS, de condones, de medicamentos o de pruebas laboratoriales.

Vemos que no es el hecho de condonizar comunidades, ciudades, regiones, países, sino más al contrario poder realizar acciones e intervenciones tomando en cuenta por así decirlo, el desbalance de género, la desventaja social con la que cuentan las mujeres en el momento de negociar el uso de un preservativo con sus parejas, puesto que ellas no toman sus decisiones en relación a su vida sexual por sí mismas, sino que en muchos casos se ve mediada por la pareja. Es decir debemos entender que la naturaleza de la epidemia está relacionada con el género y las implicaciones que ello tiene para articular respuestas eficaces.

Es la respuesta a la epidemia del VIH y fortalecer las capacidades se tiene que impulsar a promover enfoques que refuercen las estrategias comunitarias de manejo del VIH y las respuestas nacionales identificar las políticas y programas relacionados que serán necesarios para ello.

Involucrar a formadores de opinión, tomadores de decisiones y comunidades locales para que respondan a la epidemia de manera informada y constructiva, discutiendo y explorando las posibilidades para una programación creativa y multisectorial con énfasis particular en la gobernabilidad y el involucramiento de la sociedad civil, y el fortalecimiento de las respuestas de base comunitaria[9]

Me gustaría concluir este documento con un extracto del documento elaborado por Elizabeth Reid, bajo el título de “La epidemia del vih y el desarrollo: el despliegue de la epidemia” elaborado en 1993, y que a la fecha según lo leo no pierde vigencia, si no más al contrario cada día que pasa cobra más y más relevancia

LA PROPAGACIÓN DEL VIRUS

El análisis que presentamos coloca a las personas y a sus comunidades en el centro de la indagación sobre las repercusiones que tiene la propagación del virus. En el epicentro de la inexorable cadena de consecuencias está la transmisión del virus de persona a persona

Desigualdad de riqueza, poder y autonomía

Los ricos, como los poderosos, son más móviles, menos constreñidos a las normas comunitarias y pueden pagar el estilo de vida que escojan, lo que frecuentemente los pone en riesgo de contraer la infección. Los débiles y los desposeídos por igual, al tener menor capacidad para tomar decisiones sobre las circunstancias de sus vidas, con mayor frecuencia se ven forzados a trabajar lejos de su hogar y sus familias, o dedicarse al trabajo sexual. Sus niveles de salud y nutrición son bajos y no pueden darse el lujo de usar los servicios de salud.

Las desigualdades de autonomía están más íntimamente relacionadas con las actitudes hacia las mujeres, aunque no sean lo mismo. La falta de autonomía se expresa en conceptos como: subordinación, opresión y explotación. La falta de autonomía económica difiere de la pobreza en el sentido de que una mujer puede tener un estilo de vida privilegiado, por ejemplo, debido a la riqueza y clase social de su esposo, pero carece de una autonomía económica separada de él. La subordinación puede ser tanto psicológica como física y social. La explotación y la opresión pueden ser económicas, pero también emocionales o culturales.

Actitudes hacia las mujeres

Estas desigualdades y estratificaciones están ligadas al segundo factor determinante, es decir, aquél permeado de actitudes humillantes hacia las mujeres, o que les niega valía y dignidad. Los indicadores de estas actitudes incluyen niveles de violencia doméstica; abuso físico y sexual; leyes y prácticas relativas al aborto; y que las mujeres sean escuchadas cuando hablan.

Las recetas culturales, los mitos y los chistes en su conjunto encarnan esas actitudes hacia las mujeres, acompañadas de la literatura popular y seria de comunidades y naciones. El virus prospera allí donde se les niega dignidad y respeto a las mujeres. El tipo de actitudes que llevan a la diseminación del virus puede coexistir con un rango social muy alto para las mujeres, en términos de acceso a la educación, la capacitación y el empleo.

Normas y valores comunitarios

Las comunidades donde la construcción social del género conduce a diferentes paradigmas de masculinidad y femineidad, tienen niveles más altos de infección. De igual manera, las comunidades y familias que toleran o estimulan patrones de comportamiento sexual masculino que separan la satisfacción sexual de la responsabilidad hacia los demás y que valoran la pasividad y la auto-marginación en las mujeres, tendrán una desproporcionada y elevada tasa de infección.

Patología e inmadurez del área genital

Cuando una penetración no protegida ocurre, es más factible la transmisión del virus si hay lesiones, secreciones, inflamaciones o escarcificaciones en el área genital. La existencia de estas condiciones está asociada con las prácticas de higiene, el estado nutricional, el acceso a servicios de salud sensibles, las prácticas culturales y las prácticas reproductivas. En las mujeres, la transmisión también puede ocurrir más fácilmente durante los diferentes estados del ciclo hormonal o si el área genital no ha alcanzado la madurez, lo cual usualmente no sucede sino hasta que las jóvenes han cumplido veinte años o más.

Movilidad

Los patrones de dispersión del virus siguen los patrones de movilidad de la gente: el cruzamiento de los ejércitos entre países, las rutas de transporte, los bulliciosos centros de intercambio comercial, los mercados de trabajo, las migraciones temporales por agricultura o por ceremonias.
Cuando la gente cuenta su historia

Consiste en saber si existen o no condiciones para que la gente cuente su historia: historias de cómo se transmitieron el VIH e historias de cómo cambiaron de comportamiento para prevenirse y no adquirir el VIH.

Para que esto suceda, es preciso que exista un sólido marco de referencia legal y ético que disminuya la casi inevitable discriminación y estigmatización que rodea a la infección por VIH. Deben existir sistemas de apoyo comunitarios y familiares. Debe haber políticas gubernamentales positivas que aseguren la permanencia en el empleo, en la escuela, etc. Finalmente, debe haber personas valerosas que cuenten sus historias, ya que el costo que tienen que pagar los individuos y sus familias por hablar con la verdad es generalmente muy elevado.


[1] Licenciado en Psicología, Diplomado de Psicología Jurídica y Forense.
Activista por los derechos de las personas que viven con vih y/o sida y por los derechos sexuales y derechos reproductivos. Miembro del grupo de Trabajo sobre masculinidades y de la mesa departamental de derechos sexuales y derechos reproductivos. Elaboró manuales de capacitación para Trabajadoras Sexuales Comerciales y Agentes Multiplicadores Pares de estudiantes de colegio y universitarios para la prevención de VIH.
[2] Virus de Inmuno Deficiencia Humana
[3] Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida
[4] Personas que viven con el vih y/o sida
[5] Organismos no gubernamentales
[6] Medicamentos que impiden la replicación del VIH al interior del organismo en distintos momentos de la replicación del VIH
[7] Prueba sanguínea para conocer la existencia de glóbulos blancos (linfocitos) en el organismo
[8] Prueba sanguínea para conocer cuando de virus del VIH existe en el organismo
[9] Nestor Arias. Taller sobre vih y desarrollo. 2000

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