Las
relaciones sexuales en la pareja, deben estar dirigidas a disfrutar y a
consolidar la relación, y no debiera hacerse, por otros motivos, sin embargo hay
ocasiones en que, a la hora de tener sexo, las personas se ven impulsadas por
motivos que se alejan de los que representan una relación sexual. “yo
acepto tener relaciones sexuales, con tal de no pelear…” “si hacemos el amor,
ya no discutimos…” “terminamos de tener relaciones sexuales y nos dormimos…”
“cuando quiero algo se que lo puedo conseguir aceptando tener relaciones
sexuales cuando él quiere…” “ella sabe que si tenemos sexo, acepto lo que me
quiera pedir”.
Es importante reconocer que no es nada saludable emocionalmente el tener por ejemplo relaciones sexuales porque necesitan afecto y la manera de creer tenerlo es a través de las relaciones sexuales. Esto no permite diferenciar estas necesidades, por lo que se puede no disfrutar de las relaciones sexuales, porque solo se está buscando afecto. De la misma manera existen parejas que usan el sexo como una forma de resolver sus problemas, en vez de hablarlos y aclararlos. Es más pueden considerar las relaciones sexuales como parte de sus “obligaciones” en la pareja que se encuentran, y que tienen que cumplir, perdiendo la espontaneidad y el juego y la solidez de la relación que incluye honestidad, sensibilidad con la pareja, confianza, intimidad y espontaneidad.
Una relación sexual placentera y satisfactoria, no es posible con un
malestar físico o un estado de ánimos negativo, ya esta puede desencadenar en
otros problemas difíciles de superar y que pueda conducir al fracaso. Por lo
que si decides decirle a tu pareja que no te gusta algo en sus relaciones
sexuales, se debe elegir las palabras, hacerle saber cómo te sientes, por qué
no te gusto, si se puede cambiar para que lo disfruten ambos.
Es así que la mejor manera de tener relaciones sexuales es a través de
la comunicación. Sin embargo, reconocemos que muchas veces hablamos sobre la
sexualidad y el sexo con amigos amigas, sin embargo, hacerlo con la pareja se
dificulta, no comentamos ni en tono de broma las preocupaciones que se da en la
sexualidad de la pareja (dificultad de la excitación sexual, no apetencia
sexual, no tener orgasmo y otros) pensando en no dañar a la pareja, generando
vergüenza al hablar de estos temas, lo cual lleva a que no se mejore nada si no
se complique. Y dejamos de lado la consideración de que hablar de sexo con
nuestra pareja fortalece los lazos afectivos, genera y fortalece la intimidad y
abre las puertas a una mejor vida sexual, más comprensiva y apoyará a conocerse
uno a otra y viceversa.
Comienza haciendo una pequeña reflexión sobre las que crees
que son las causas del problema, si te cuesta puedes acudir a un profesional.
Piensa en si la presión para tener sexo en un momento o de una forma que no
querías ha podido influir, si has llegado a las relaciones sexuales con
ansiedad, como afecta el problema a tu relación. Manifiesta todo esto a tu
pareja procurando no responsabilizarle sino hacerle cómplice de la búsqueda de
la solución.
Algo que no podemos olvidar al momento de tener placer y
satisfacción en nuestras relaciones sexuales en pareja:
·
Es difícil hablar con nuestra pareja sobre nuestros gustos,
fantasías o sentimientos, sobre lo que nos gusta y lo que no, pero hacerlo
permitirá que la relación sexual.
·
Que uno de la pareja no desee tener relaciones sexuales no
significa que no se pueda hacer nada. No hay porqué renunciar a otros tipos de
interacciones placenteras.
·
La sexualidad y el deseo cambian con el tiempo, por lo que hay
que saber adaptarse como pareja a los cambios de gustos o deseos de la misma,
ya que no siempre se viven igual.
·
Las muestras de cariño y de afecto tienen que profesarse
tanto dentro como fuera de la cama.
·
Las caricias, los besos y los masajes son fundamentales a la
hora de tener buen sexo. Sin embargo, un poco de cambio, acción y renovación
nunca vienen mal.
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