A lo largo de los años de atender en consulta, al
hablar con mujeres muchas veces escuche cosas como… yo no planifique mi hijo/a…
me dedique a ser madre antes que mujer… uno primero es madre que mujer, porque
los/as hijos/as son primero… me aferre mucho a mi hijo/a… Algo así como que las
mujeres tienden a relegar y castigar su vida sexual por un supuesto de que no
lograron tener control, y una manera de decir “me equivoque y ahora me dedico a
mi hijo/a” lo que a veces sino en la mayoría de los casos termina en relaciones
conflictivas y dificultosas entre madres e hijos/as por la sobreprotección.
Esta manera de controlar y regular la sexualidad de
las madres mujeres se debe a la cultura en la que vivimos y predominan las
representaciones del amor materno como un hecho instintivo, irracional, que se
supone se manifiesta desde la infancia de toda mujer. Simone De Beauvoir fue la
primera en señalar la maternidad como atadura para las mujeres, al intentar
separada de la idealización que colabora a mantenerla como único destino
femenino. Niega la existencia del instinto maternal y propone situar las
conductas maternales en el campo de la cultura.
Es lamentable como a partir del ser madre, a las
mujeres, se les conceda la posibilidad de las relaciones sexuales, pero en el
marco del matrimonio, y es así que logran una habilitación para tener
relaciones sexuales, pero estás enmarcadas en la reproducción, hacia la
maternidad como fin último de vida, minimizando a las mujeres que no logran
esta maternidad, tachándolas de incompletas o mujeres que no quieren o no
pueden concebir, desmereciendo su capacidad afectiva por no haber sido madres.
Y la sanción se incrementa si una mujer es madre soltera, ya que en muchos
casos el rechazo comienza en casa, sigue socialmente, sancionándola y
recordándole que tuvo relaciones sexuales fuera del matrimonio y por eso está
castigada y tiene que esforzarse mucho para reivindicarse. Entonces: el
matrimonio otorga a las mujeres el permiso de ser madres, pero de ser madres de
hijos/as del esposo; si se descubriera que tiene hijos/as para otro hombre, se
le quitarán todos sus derechos como madre, esposa, sumado la crítica y el
rechazo social.
Al designar el ser madre como un hecho
estrictamente natural, la ideología patriarcal sitúa a las mujeres dentro del
ámbito de la reproducción biológica, negando su identidad fuera de la función
materna. El deseo de las mujeres no cuenta porque se supone integrado en el
orden de los discursos legitimados del sistema patriarcal. El mito del instinto
maternal, supuestamente natural e intrínseco, predestina a las mujeres a ser
madres para que posteriormente se dediquen con prioridad al cuidado de niños,
niñas que den a luz, dejando de lado el ser mujeres, profesionales, activistas,
trabajadoras, revolucionarias y si quieren realizar estas actividades, no
pueden dejar de lado el ser madres, porque si no serán tachadas de malas
madres. Resultando extraño y llamativo que no se encuentra ningún correlato o
equivalente similar y de tanto peso social y cultural para el hombre.
Es constante social, cultural y mediáticamente el
bombardeo sobre el ser madre; se hace referencia a lo lindo que son los/as
hijos/as, la felicidad que traen, pero se olvidan de hablar cuando se enferman,
de las horas que la madre pasa cuidando a su hijo/a enfermo/a, mientras el
padre duerme, considerando que no es su responsabilidad, no se menciona las
necesidades económicas del niño/a, y menos aún de las renuncias que tiene que
hacer la mujer al tener un hijo/a, para poder cuidarlo, mantenerlo y educarlo.
Es por eso y más que la única que tiene que decidir si quiere ser madre o no es
la propia mujer y nadie más, no deben decidir por ella, ni padres, madres,
pareja, esposo, concubino, ni las políticas gubernamentales, ni los usos y
costumbres, la única para tomar esta decisión es la mujer, ya que de esta
manera aseguras que ese niño/a que nazca sea aceptada por su madre y no
rechazada o tenida como peso o reflejo de su frustración, en la cual descargara
su violencia, como manera de castigar a lo que ella siente que no le permitió
ser feliz, y le trunco la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario