Madres/padres
han acudido varias veces al consultorio, para preguntar ¿cómo puedo hablar con
mi hijo/a? sobre sexualidad? ¿A qué edad le tengo que hablar sobre sexualidad a
mi hijo/a pero no quiero que se despierte antes de tiempo? Creo que mi hijo se
masturba es peligroso ¿Puede ser un enfermo? Por lo que padres/madres deben
adquirir información veraz, científica que permita informar a sus hijos/as y
apoyarlos en una toma de decisión lo más informada posible, y siempre buscando
que ellos/as no salgan lastimados de sus decisiones.
Es así
que ahora entiendo que uno de los principales problemas referentes a la
educación para la sexualidad, es su falta de integración en la educación
general y holística (integral) de la persona. El facilitar información sobre
determinados temas de sexualidad no debe entenderse como un estímulo a su uso.
Algunas personas consideran que el dar información sobre algunos tópicos o
sobre los distintos métodos anticonceptivos es facilitar y/o estimular el uso
de éstos, hasta llegar al coito. Sin embargo se debe considerar que la
información ha de ser transmitida al adolescente de acuerdo con su edad y con
los requerimientos que pudiera tener. Ya que no se puede negar ni ocular los
canales de información no formales que día a día tienen acceso los/as
adolescentes que no dejan de operar porque uno/a lo desee.
Prioritariamente
enseñarles a diferenciar y comprender lo más que se pueda la diferencia entre
sexo y sexualidad, ya que el primero viene siendo una pequeña parte de todo
este gran universo que es la sexualidad. Muchas veces se confunde sexualidad
con sexo e inclusive no se habla ni se reconoce la existencia de la sexualidad
como una parte fundamental de la vida humana, sino simplemente todo ello se lo
mete en el mismo saco que el sexo. Esto no es una confusión casual, responde a
una visión machista que en el campo del cuerpo niega los espacios de conciencia
y sensibilidad, tanto para hombres como para mujeres, reduciendo todo lo que
tiene que ver con el cuerpo y sus relaciones a una experiencia genital.
Es
importante que padres/madres adopten una postura esencialmente positiva y
optimista de cualquier aspecto relacionado con la sexualidad. El objetivo es
reducir en lo posible los miedos, temores y todo tipo de sensaciones y estados
de ánimo negativos. Esto supone hacer hincapié en la fuente de satisfacción,
placer y capacidad de comunicación que se puede lograr. La forma más adecuada
de hacerlo es facilitar información, lo que implica que madres/padres, deben
investigar, estudiar y/o acudir a especialistas para recibir información de
especializada y científica, y esto porque muchas de las actitudes negativas
respecto al sexo provienen de una falta de información.
De la
misma manera se debe distinguir e insistir en que la vivencia de la
sexualidad es, ante todo un ejercicio de
respeto hacia uno/a mismo/a y hacia las demás personas, lo que como es lógico,
afecta todos nuestros comportamientos, y
no sólo los sexuales. Considerando que todos los comportamientos sexuales son
enriquecedores, en tanto no violenten, ni obliguen a otras personas a realizar
algo que no quieren o no acepten realizarlo, en el pleno uso de su derecho a
decidir y elegir, es decir educar en la aceptación, el respeto de otras formas
de vivir la sexualidad, en sus diferentes diversidades sexuales.
La
única forma de conferir a lo sexual el valor que realmente tiene es no
distinguirlo de otros aspectos de la vida de la persona. El abordaje de estos
temas en un diálogo abierto, como cualquier otro tema que se discute en la casa
a la hora del almuerzo o cena viendo la televisión o escuchando radio, con la
naturalidad respectiva y la aceptación del comportamiento sexual con la
naturalidad que le corresponde.
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