domingo, 12 de diciembre de 2010

VIOLENCIA (I)

I. INTRODUCCIÓN

Para dar inicio a este documento partiré de la definición de algunos términos que nos pueden llevar a la confusión o mal interpretaciones.

El término agresión procede del latín aggredi que posee dos acepciones, la primera significa "acercarse a alguien en busca de consejo"; y la segunda, "ir contra alguien con la intención de producirle un daño". En ambos la palabra agresión hace referencia a un acto efectivo. Luego se introdujo el término agresividad que, aunque conserva el mismo significado se refiere no a un acto efectivo, sino, a una tendencia o disposición. Así, la agresividad puede manifestarse como una capacidad relacionada con la creatividad y la solución pacífica de los conflictos. Vista de éste modo la agresividad es un potencial que puede ser puesto al servicio de distintas funciones humanas y su fenómeno contrapuesto se hallaría en el rango de acciones de aislamiento, retroceso, incomunicación y falta de contacto.

Frente a esta agresividad que podríamos llamar benigna, existe una forma perversa o maligna: La violencia. Con esto queda claro que no se puede equiparar todo acto agresivo con la violencia. Esta queda limitada a aquellos actos agresivos que se distinguen por su malignidad y tendencia ofensiva contra la integridad física, psíquica o moral de un ser humano.

La agresividad puede ser detectada en toda la escala animal, no así la violencia, casi exclusiva del ser humano. Es sumamente raro que un animal ataque a otro de especie diferente, si no es con el fin de alimentarse, o que luche contra otro de su misma especie si no es con el objeto de defender su territorio, la hembra, la cría o el alimento. Inclusive, cuando la lucha se presenta su mayor componente es ritual; rito que va en sentido de demostrar cuál es más grande o lucha de aquellos animales viejos o muy jóvenes, así como, animales de sexo diferente y/o ejemplares que se conocen entre sí.

De forma muy breve podemos señalar unas diferencias básicas entre estos conceptos:

La agresividad representa la capacidad de respuesta del organismo para defenderse de los peligros potenciales procedentes del exterior. Sería, pues, una respuesta adaptativa.

La violencia, al contrario, tiene un carácter destructivo sobre las personas y los objetos, suponiendo una profunda disfunción social.

II. CONCEPTUALIZANDO LA VIOLENCIA

Todo análisis integral de la violencia debe empezar por definir las diversas formas que esta adopta con el fin de facilitar su medición científica. Hay muchas maneras posibles de definir la violencia. La Organización Mundial de la Salud la define como: El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

La definición usada por la Organización Mundial de la Salud vincula la intención con la comisión del acto mismo, independientemente de las consecuencias que se producen. Se excluyen de la definición los incidentes no intencionales, como son la mayor parte de los accidentes de tráfico y las quemaduras. La inclusión de la palabra “poder”, además de la frase “uso intencional de la fuerza física”, amplía la naturaleza de un acto de violencia así como la comprensión convencional de la violencia para dar cabida a los actos que son el resultado de una relación de poder, incluidas las amenazas y la intimidación. Decir “uso del poder” también sirve para incluir el descuido o los actos por omisión, además de los actos de violencia por acción, más evidentes. Por lo tanto, debe entenderse que “el uso intencional de la fuerza o el poder físico” incluye el descuido y todos los tipos de maltrato físico, sexual y psíquico, así como el suicidio y otros actos de autoagresión.

Esta definición cubre una gama amplia de consecuencias, entre ellas los daños psíquicos, las privaciones y las deficiencias del desarrollo. Esto refleja el reconocimiento cada vez mayor, por parte de los investigadores y los profesionales, de la necesidad de incluir los actos de violencia que no causan por fuerza lesiones o la muerte, pero que a pesar de todo imponen una carga sustancial a los individuos, las familias, las comunidades y los sistemas de asistencia sanitaria en todo el mundo. Numerosas formas de violencia contra las mujeres, los niños y los ancianos, por ejemplo, pueden dar lugar a problemas físicos, psíquicos y sociales que no necesariamente desembocan en lesión, invalidez o muerte. Estas consecuencias pueden ser inmediatas, o bien latentes, y durar muchos años después del maltrato inicial. Por lo tanto, definir los resultados atendiendo en forma exclusiva a la lesión o la muerte limita la comprensión del efecto global de la violencia en las personas, las comunidades y la sociedad en general.

Uno de los aspectos más complejos de la definición es el de la intencionalidad. A este respecto cabe destacar dos puntos importantes. Primero, aunque la violencia se distingue de los hechos no intencionales que ocasionan lesiones, la presencia de la intención de usar la fuerza no significa necesariamente que haya habido la intención de causar daño. En efecto, puede haber una considerable disparidad entre la intención del comportamiento y las consecuencias intentadas. Una persona puede cometer intencionalmente un acto que, a juzgar por normas objetivas, se considera peligroso y con toda probabilidad causará efectos adversos sobre la salud, pero puede suceder que el autor no los perciba como tales.

Por ejemplo, un joven puede participar en una riña con otros jóvenes. Los puñetazos a la cabeza o el uso de un arma aumentan sin duda el riesgo de sufrir traumatismo grave o muerte, aunque esa no haya sido la intención. Uno de los padres puede sacudir vigorosamente a su bebé que llora, con la intención de callarlo. En vez de ello, sin embargo, ese acto puede causar daño cerebral a la criatura. El empleo de la fuerza es evidente, pero no existió la intención de lastimar.

El segundo punto relacionado con la intencionalidad radica en la distinción entre la intención de lesionar y la intención de “usar la violencia”. La violencia, según Walters y Parke, está determinada por la cultura. Algunas personas tienen la intención de dañar a otros pero, por sus antecedentes culturales y sus creencias, no consideran que sus actos sean violentos. No obstante, la Organización Mundial de la Salud define la violencia teniendo en cuenta su relación con la salud o el bienestar de las personas. Ciertos comportamientos —como golpear al cónyuge— pueden ser considerados por algunas personas como prácticas culturales admisibles, pero se consideran actos de violencia con efectos importantes para la salud de la persona.

La definición lleva implícitos otros aspectos de la violencia que no se enuncian en forma explícita. Por ejemplo, la definición incluye implícitamente todos los actos de violencia, sean públicos o privados, sean reactivos (en respuesta a acontecimientos anteriores, por ejemplo, una provocación) o activos (que son decisivos para lograr resultados más favorables para el agresor o para anticiparse a ellos) y tanto si tienen carácter delictivo como si no lo tienen. Cada uno de estos aspectos es importante para comprender las causas de la violencia y elaborar programas de prevención.

III. TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA

En 1996, la Asamblea Mundial de la Salud, por conducto de la resolución WHA49.25, declaró que la violencia es un importante problema de salud pública en todo el mundo y pidió a la Organización Mundial de la Salud que elaborara una tipología de la violencia para caracterizar los diferentes tipos de violencia y los vínculos entre ellos. Hay pocas clasificaciones taxonómicas y ninguna es completa.

La clasificación que se propone aquí divide la violencia en tres categorías generales, según las características de los que cometen el acto de violencia:

– la violencia autoinfligida;
– la violencia interpersonal;
– la violencia colectiva.

Esta categorización inicial distingue entre la violencia que una persona se inflige a sí misma, la violencia impuesta por otro individuo o un número pequeño de individuos y la violencia infligida por grupos más grandes, como el Estado, contingentes políticos organizados, tropas irregulares y organizaciones terroristas. Estas tres categorías generales se subdividen a su vez para reflejar tipos de violencia más específicos.

A. La violencia autoinfligida

La violencia autoinfligida comprende el comportamiento suicida y las autolesiones. El primero incluye pensamientos suicidas, intentos de suicidio —también llamados “parasuicidio” o “intento deliberado de matarse” en algunos países— y suicidio consumado. Por contraposición, el automaltrato incluye actos como la automutilación.

B. La violencia interpersonal

La violencia interpersonal se divide en dos subcategorías:

• Violencia familiar o de pareja: esto es, la violencia que se produce sobre todo entre los miembros de la familia o de la pareja, y que por lo general, aunque no siempre, sucede en el hogar.
• Violencia comunitaria: es la que se produce entre personas que no guardan parentesco y que pueden conocerse o no, y sucede por lo general fuera del hogar. En el primer grupo se incluyen formas de violencia, como el maltrato de los menores, la violencia contra la pareja y el maltrato de las personas mayores. El segundo abarca la violencia juvenil, los actos fortuitos de violencia, la violación o ataque sexual por parte de extraños y la violencia en establecimientos como escuelas, lugares de trabajo, prisiones y hogares de ancianos.

C. La violencia colectiva

La violencia colectiva se subdivide en violencia social, violencia política y violencia económica. A diferencia de las otras dos categorías generales, las subcategorías de la violencia colectiva indican los posibles motivos de la violencia cometida por grupos más grandes de individuos o por el Estado. La violencia colectiva infligida para promover intereses sociales sectoriales incluye, por ejemplo, los actos delictivos de odio cometidos por grupos organizados, las acciones terroristas y la violencia de masas. La violencia política incluye la guerra y otros conflictos violentos afines, la violencia del Estado y actos similares llevados a cabo por grupos más grandes. La violencia económica comprende los ataques por parte de grupos más grandes motivados por el afán de lucro económico, tales como los llevados a cabo con la finalidad de trastornar las actividades económicas, negar el acceso a servicios esenciales o crear división económica y fragmentación. Evidentemente, los actos cometidos por grupos más grandes pueden tener motivos múltiples.

IV. LA NATURALEZA DE LOS ACTOS DE VIOLENCIA

Puede ser:

– física;
– sexual;
– psíquica;
– que incluye privaciones o descuido.

En sentido horizontal se muestra quiénes son afectados, y en el vertical, de qué manera lo son.

Estos cuatro tipos de actos de violencia, con excepción de la autoinfligida, suceden en cada una de las categorías generales y sus subcategorías descritas con anterioridad. Por ejemplo, la violencia contra los niños cometida en el seno del hogar puede incluir abuso físico, sexual y psíquico, así como negligencia o descuido. La violencia comunitaria puede incluir agresiones físicas entre los jóvenes, violencia sexual en el lugar de trabajo y descuido de las personas mayores en los establecimientos asistenciales de largo plazo. La violencia política puede incluir la violación durante los conflictos armados, la guerra como tal y la llamada guerra psicológica. Aunque es imperfecta y dista mucho de gozar de aceptación universal, esta clasificación proporciona un marco útil para comprender los tipos complejos de violencia que acontecen en todo el mundo, así como la violencia en la vida diaria de las personas, las familias y las comunidades. También supera muchas de las limitaciones de otras clasificaciones porque capta la naturaleza de los actos de violencia, la importancia del entorno, la relación entre el agresor y la víctima, y, en el caso de la violencia colectiva, los posibles motivos de la violencia. Sin embargo, tanto en la investigación como en la práctica no siempre están claras las líneas divisorias entre los diferentes tipos de violencia.

Violencia No Intencional. Son aquellas que obedecen a un conjunto de circunstancias y factores que pueden ser: sociales, educativos, ambientales, económicos, culturales, políticos, urbanísticos y jurídicos. No existe la intención real de producir daño o lesión. Este tipo de violencia se la puede dividir en:

Lesión o Muerte en hechos de Tránsito, como consecuencia de una colisión o atropellamiento por un vehículo de transporte. Aún cuando pueden existir elementos agravantes como el consumo de alcohol u otras drogas, generalmente es sin intención.

Lesión o Muerte Accidental, resultado de la interacción entre un sujeto y un agente externo (físico o químico) sin que exista la intención de lesionar a la víctima o esta no conociere el resultado de dicha interacción. Se incluyen todos los desastres naturales y antrópicos (terremotos, inundaciones, etc.), así como otros accidentes ambientes laborales, hogares, vías públicas, campos deportivos, etc., que provocan caídas, electrocuciones, asfixias, intoxicaciones y otros.

XVIII. BIBLIOGRAFÍA - WEBGRAFIA

UNFPA, PREFECTURA DEL DEPARTAMETNO DE LA PAZ “Porque la Miramos y Sentimos a Diario ¡Queremos! Vivir sin violencia”

MINISTERIO DE DESARROLLO SOSTENIBLE Y PLANIFICACIÓN, VICEMINISTERIO DE GÉNERO, GENERACIONALES Y FAMILIA, DIRECCION GENERAL DE ASUNTOS DE GÉNERO “Violencia Contra la Mujer” 1999

LEY 1674 “Ley contra la violencia intrafamiliar o doméstica”

Organización Panamericana de la Salud; Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud; Informe mundial sobre la violencia y la salud: Washington, D.C. E.U.A. 2003

Ministerio de Salud y Deportes - Dirección General de Promoción de la Salud. Unidad de Promoción de la Salud – Área de Género y Violencia: Protocolo de atención en violencia (La Paz – Bolivia 2009)

http://sexualidad.multiply.com/journal/item/68 “Algunos mitos y realidades sobre la violencia basada en género (última visita 10/12(10)

http://nuevotiempo.org/noticias/2010/07/15/%C2%BFhay-excusa-para-ia-violencia-domestica/ ¿Hay excusa para la violencia doméstica? Miguel Ángel Núñez (Th.D., Universidad Adventista del Plata) (última visita 10/12/10)

CAPACITACIÓN EN GÉNERO (II)

Para continuar con el proceso de capacitación seguimos con los otros términos relacionados que forman este proceso de reconstrucción y develación de conceptos sobre nuestro diario vivir. Se tiene que conceptualizar tres conceptos más


sexo

Roles de género

género Mandatos de género

Relaciones de género

sexalidad


Al hacer referencia a los ROLES DE GÉNERO se hace referencia a lo que nos han enseñado a comportarnos a mujeres y hombres en diversos espacios sociales ya sea en el colegio, en la iglesia, en el trabajo, en la calle, con el grupo de amigos, en la universidad, y otros, además no conforme con eso nos han dicho como debemos comportarnos con otros hombres, con otras mujeres, con los niños con las niñas, con los ancianos con las ancianas, en fin un montón de información que la vamos asimilando y que con el pasar del tiempo, nos van dando formas de pensar irracionales que hacen que vayamos viendo cosas históricas modificables como algo inmutable y estático, los psicólogos cognitivos lo llaman distorsiones cognitivas o pensamientos irracionales, de los cuales hablare más adelante.


Esta asignación de roles de género lo que hace también es dar más valor a uno que a la otra, es decir, como al hombres se le asigna roles más “fuertes” la mujer es “más débil”, por lo que se da el inicio de lo que se llama desbalance de género.

Los roles son asignados culturalmente a mujeres y hombres en razón de género varían según las distintas sociedades y culturas, clases sociales y edades, y en los diferentes períodos históricos.

Los criterios para asignar roles a los miembros de una sociedad, vale decir, determinar, “la especialidad” que cada cual cumpliría en la misma, bajo el principio de la necesaria división del trabajo, son variados y por lo general, no actúan aisladamente, sino que constituyen una combinación de varios parámetros a la vez. Algunos de los criterios más utilizados son; la edad, etnia, religión clase social, siendo sin embargo, el criterio de género, el primero de todos y el más utilizado universalmente para asignar roles en base a las características biológico - sexuales de hombres y mujeres que determina una separación supuestamente “natural” de ámbitos específicos de acción masculinos y femeninos.

La asignación de roles de género presenta la grave falla de ir acompañada por un proceso simultáneo de valoración diferente de los mismos, lo que en consecuencia lleva a la subordinación de unos grupos respecto a otros dentro de la sociedad .

Al decir RELACIONES DE GÉNERO se hace referencia a cómo nos enseñan y aprendemos a relacionarnos entre hombres y mujeres, y viceversa. Aquí es donde aparece el tema de “los hombres caballeros abren la puerta de los taxis a las mujeres” “los hombres deben llevar el mayor peso” “las chicas buenas no corretean como locas” “las niñitas en el recreo no se deben poner a corretear con los hombres” y así un montón de información de cómo comportarnos, y algunas cosas que escuche decir en los talleres que di fueron algo como “los buenos hombres dan su chamarra a su enamorada cuando hace frio” yo digo acaso a los hombres no les hace frío cuando están enamorados, puede ser que se encuentren en una etapa de psicosis que dejan de vivir por sí y viven en función del otro o la otra. Las mujeres saben que hace frío y por qué no se abrigan, pero como es un aprendizaje de relación de género sabe que el muchacho le dará su asiento.

Otro ejemplo que me hace pensar mucho es “los niños/as buenas/os ceden su asiento a las personas mayores” pero acaso los/as niños/as no se cansan y se cansan más que los/as adultos/as. Más bien deberíamos cederle el asiento a ellos/as, ya que su cuerpo se cansa mucho más rápido.

Los MANDATOS DE GÉNERO son los más trágicos de esta triada, porque son las órdenes que se nos asignan a los hombres y mujeres que debemos cumplir para tener una validación social como hombres y como mujeres, de acuerdo a las expectativas sociales que se tiene de cada uno/a. Estos mandatos se convierten en responsabilidades que cada uno debe a cumplir.

Cada uno de los conceptos que estamos desarrollando han sido dilucidados y trabajados a partir del feminismo.

sexo

Roles de género

género Mandatos de género FEMINISMO

Relaciones de género


sexalidad


Una de las cosas que hay que dejar claro antes de desarrollar este término es que el feminismo no es ir en contra de los varones, ni tampoco feminismo es lo contrario de machismo. El feminismo es un empeño ético y un movimiento social cuyo objetivo último sería la desaparición de todas las desigualdades y discriminaciones que se dan en nuestra sociedad por causa del género de las personas. El feminismo es, por tanto, una lucha por un derecho humano fundamental que implica a todos, varones y mujeres

Puedo definir al FEMINISMO, como un movimiento que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Es una propuesta política, ideológica, filosófica y de vida que han realizado las mujeres, en busca de igualdad política, social y económica que los hombres ostentan. De ahí que sus ideas centrales del feminismo son que las mujeres sufren una opresión no compartida por el hombre, de ahí sus demandas de igualdad entre los sexos y la otra una crítica global a la sociedad patriarcal.

Es importante recordar lo que sostenía, una de las más conocidas feministas, Simon de Beauvoir “que si las mujeres eran consideradas inferiores a los hombres no era por cuestiones de nacimiento, sino que se volvían inferiores tras un adoctrinamiento cultural disfrazado de determinismo biológico. Es decir, que se relega a las mujeres –porque hasta ahora sigue existiendo este adoctrinamiento – con el argumento de que están biológicamente predispuestas a las labores domésticas, la crianza de los/as hijos/as, y que son incapaces en su mayoría de realizar tareas que implicaran intelectualidad, entereza y valentía.

El feminismo no se encuentra asociado a ningún grupo, práctica o evento histórico en particular. Se crea a partir de la conciencia acerca de las desigualdades causadas por los géneros y de la búsqueda de la justicia social.

El feminismo ha producido muchos cambios en algunas sociedades occidentales, incluyendo el sufragio femenino, el empleo igualitario, el derecho a pedir el divorcio, el derecho de la mujer de controlar sus propios cuerpos y decisiones médicas (incluyendo el aborto). Sin embargo, aún existen muchos cambios por hacer.

En la década de 1960, las feministas empezaron a cuestionar diversas imágenes, representaciones, ideas y suposiciones desarrollados por las teorías tradicionales respecto de de las mujeres y lo femenino. En primer lugar, las feministas dirigieron su atención teórica a los discursos patriarcales, tanto a los que eran abiertamente hostiles y agresivos contra las mujeres y lo femenino. Las mujeres parecían muy interesadas en la inclusión de las mujeres en los campos de los que se les había excluido.

La teoría feminista, como una serie de intervenciones estratégicas en los textos patriarcales, no intenta simplemente revelar en que son “incorrectas” o falsas las teorías patriarcales, ni reemplazar una “verdad” con otra. Su objetivo es hacer que los sistemas, métodos y presuposiciones patriarcales, no puedan funcionar, no puedan retener su dominio y su poder. Su objetivo es aclarar cómo ha sido posible ese dominio y hacer que ya sea viable. Dado que la teoría feminista carece de los medios para confrontar directamente un complejo régimen teórico patriarcal creando alternativas, las feministas han tenido que recurrir a formas de guerrilla intelectual, dando golpes en los puntos de mayor debilidad del patriarcado.

(…) la teoría feminista incluye, en primer lugar, un reconocimiento de las formas abiertas y ocultas de la misoginia en que participan los discursos. Esto significa desarrollar la capacidad para reconocer qué hace que estos discursos sean patriarcales, incluidos sus pronunciamientos explícitos acerca de los hombres y las mujeres y sus valores respectivos, así como la capacidad de entender cómo estas teorías dividen al mundo de acuerdo con intereses masculinos. En segundo lugar, implica una capacidad para reconocer los discursos patriarcales en términos de sus ausencias, huecos, lagunas, en torno al asunto de la mujer y lo femenino y entender cómo funcionan estos silencios para estructurar y posibilitar los discursos patriarcales. En tercer lugar, la teoría feminista debe ser capaz de articular la función que cumplen estos silencios y representaciones masculinistas en la supresión de la feminidad y de afirmar la posibilidad de otras perspectivas distintas, para que los textos patriarcales no puedan reafirmar su hegemonía. Y en cuarto lugar, debe desarrollar métodos viables para reemplazar sistemas falocéntricos de representación, aunque estos signifiquen apoyarse en métodos patriarcales y usuarios como punto de partida para nuevas direcciones en la investigación teórica. Con su sola existencia, tales formas de teoría feminista demuestran que los discursos patriarcales no son modelos neutrales, universales o incuestionables, sino que son el efecto de las posiciones (políticas) específicas ocupadas por los hombres.

El objetivo que las feministas se plantearon de incluir a las mujeres como iguales a los hombres dentro de la teoría patriarcal contenía varios problemas que no se habían previsto. Muchos discursos patriarcales no podían ampliarse o extenderse para incluir a las mujeres, sin sufrir trastornos y transformaciones muy importantes, por ejemplo las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres, pueden decidir tener o no hijos/as, pueden tenerlos sin tener una pareja estable, son capaces de liderizar, organizar y producir, etc. No había espacio dentro de los límites de estos discursos para acomodar la inclusión y participación equitativa de las mujeres.

Aún si se incorporara a las mujeres en los discursos patriarcales, en el mejor de los casos solo se les consideraría como variaciones de una humanidad básica, es decir, darle un espacio como un favor, o bajo ciertas condiciones que hasta ahora las vemos, por ejemplo, “si una mujer esta trabajando que se vista como mujercita, y que igual atienda a su hogar”, “está bien que una mujer estudie, trabaje pero ante todo tiene que realizarse como mujer, siendo madre”, “las mujeres que trabajan con hombres, tienen que servirlos, porque ellas tienen ese don”.

Esto y miles más de ejemplos que escuche a lo largo de los procesos de capacitación que he realizado, por lo que es importante, que las mujeres y hombres vislumbremos esto, y no nos dejemos obnubilar, con ciertas concesiones y digamos o pensemos que las cosas están cambiando. Y algo de lo cual no podemos dejar de lado para la reflexión y el análisis es que, mientras se lucha y reivindica los derechos de las mujeres, su visiblización y reconocmiento de sus capacidades, habilidades y destrezas. Un gran número de ella están adoptando papeles de sujetos masculinos, es decir, comienzan a replicar las mismas actitudes y comportamientos de hombres, pero de una manera bizarra, son ellas mismas las que refuerzan este modelo masculino, y esto no podría ser de otra manera ya que se tiene internalizado personalmente y a través de una memoria colectiva, que cuando alguien tiene éxito es porque es hombre, entonces las mujeres, se creen ese discurso y comienzan a actuar como hombres e inclusive a vestirse como ellos.

BIBLIOGRAFIA

MODULO INSTRUCCIONAL DE GÉNERO (Contenidos Mínimos) Viceministerio de la Mujer La Paz – Bolivia 2005